Niebla

FANTASMAS Y SOMBRAS

Una pesada niebla matinal cubría la ciudad con una espesa malla gris
y arrojaba a través de sus finos agujeros
una lluvia suave, titilante, dispersa.

Stefan Zweig . El amor de Erika Ewald.

Al Náufrago le gusta la palabra niebla, ‘nívola’ como le gustaba decir a don Miguel de Unamuno. Pero bellezas onomásticas aparte, la niebla en su concepto meteorológico, esa especie de red fina, oscura y espesa que nos cubre a veces y nos envuelve como una oprimente malla, le llena de nostalgia, por no decir, claramente, de tristeza. Quizá sea debido a que el ánimo del Náufrago sea a veces demasiado vulnerable o en exceso sensible a la luz, a la lluvia, al viento, a la oscuridad o las sombras.

Pero una cosa es la vulnerabilidad anímica a los cambios meteorológicos y otra las emociones estéticas que siente cuando ve imágenes como estas de un Santander y su bahía envueltas en una espeso velo gris oscuro. Entonces los barcos, los árboles, los paseantes, las fuentes, los patos, las grúas y las playas surgen de entre la bruma como fantasmas triunfadores de la oscuridad y de las sombras. Entonces el alma siente una sensación indefinible entre la victoria y la terquedad de la Sombra.


Comentarios

Sylvia Otero ha dicho que…
Qué lindas fotos!

Prefiero el sol. Pero a veces la niebla o la lluvia también tienen su encanto.

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