Revilla filólogo y 2
Hace unos días hablamos en esta isla sobre la nueva vertiente de nuestro ínclito presidente, convertido de la noche a la mañana en experto 'filólogo', por arte y gracia de un tal Kaplan, ilustre 'professor assistant' de la universidad americana de Tennesse. En una de sus 'revillucadas', sin pensárselo dos veces, afirmó rotundamente que según él y Kaplan: "El idioma español nace en Valredible, Cantabria". Lo soltó y se quedó tan fresco, como suele quedarse después de afirmaciones tan solemnes como ésta.
Hoy aparece en la edición para Cantabria del diario "El Mundo" el artículo que transcribo. Celebro no estar solo en algunas apreciaciones sobre el presidente filólogo al que le gusta jugar con su personaje populachero.
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LA CUNA DEL ESPAÑOL
Fran J.GIRAO
(“Hoy en Cantabria”. El Mundo)
Lunes 25 de agosto de 2008
En las páginas de este periódico, durante este fin de semana, el que ha querido, ha encontrado la clave de la última aventura de nuestro presidente Revilla. Resulta que dice que se acaba de enterar de que un catedrático americano «autoridad mundial en el estudio del origen de las lenguas», de la universidad «más prestigiosa del mundo», cree que el español nació en Valderredible. El Gobierno editó un libro de Kaplan -ese profesor- (con rueda de prensa de Marcano) con esa idea hace un año, con lo cual, si Revilla «se acaba de enterar”, mal vamos. Kaplan no es catedrático, sino assistant professor y, aunque le gustase al regionalista, la de Tennnessee dista mucho de ser la mejor universidad del mundo. Además Kaplan (que es americano, eso sí), según su facultad es experto en literatura medieval española, no «en el origen de las lenguas» y mucho menos «una autoridad mundial».
Todo lleva a una reflexión que se me asemeja a la que exprese cuando vi en el cine la película perpetrada por Agustín Díaz Llanes: Alatriste. Tratare de explicar el aparentemente inexistente paralelismo. Los funcionarios del cine español se han pasado tantos anos haciéndonos creer que 1o español es casposo, cutre y trasnochado, que cuando intentan trasladar parte del heroísmo cierto y lo épico existente en un trozo de nuestra Historia, su producto no se lo cree nadie, porque no saben hacerlo.
Del mismo modo, el personaje de Revilla (no él), tan bien armado, tan excelentemente ejecutado, tan creíble hasta para la inmensa mayoría de sus enemigos políticos y sus aliados, también le ha superado. No te puedes pasar años haciendo creer a la gente que eres más llano que los platos de Talavera sin que te pase factura. Y ahora, metido temporalmente a intelectual (aunque confiese «no ser un experto»), a defender causas culturales que, supuestamente, le pueden venir bien a Cantabria, no es creíble. El licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales y diplomado en Banca y Bolsa ha perdido, para su desgracia, crédito para hablar cultamente, de materias cultas.
No es ya que diga que «se apunta» a la tesis de un profesor asistente, presidente de la peña racinguista de Tennessee, que ha encontrado obviadas las referencias al cenobio de la Cogolla en la obra de Braulio (porque la de Gonzalo de Berceo no le vale porque era, literalmente, «anticántabro»); ahora lo que importa es que, una vez mas, los lazos que crea, especialmente en el ambiente rural, Miguel Ángel Revilla son los únicos que pueden sustentar a un personaje que confunde sencillez con aldeanismo, que avergüenza a la mayoría preparada de la reegi6n. Es por ello por lo que usted encontrara, entre todos los que puedan explicarle por dónde ha visto el hueco Kaplan para urdir su historia, muy pocos que vean con buenos ojos la actitud del personaje (que es sólo eso) de Revilla.
Decía una vieja expresión latina: Beati pauperes spiritu ("bienaventurados los pobres de espíritu»). Irónicamente, hacia referencia a lo que el antiguo dicho castellano trasladaba: aunque la mona se vista de seda, mana se queda. Aunque San Millán hubiese estado en Valderredible, una lengua no comienza nunca en un punta concreto. El hacerse pasar por paleto es lo que tiene, que tarde o temprano sufres el engaño. Y lo pagamos todos.
Comentarios
;)
No me quejo en absoluto. Sé que hay gente que celebra sus gracias ("hay gente p'a tó") pero para divertirme prefiero a los buenos humoristas.
Cada cual que atienda a su juego...
Con él, a veces siento vergüenza ajena.
Efectivamente, Náufrago. Totalmente de acuerdo contigo.
Un saludo mañanero.