De Juana

CONVIVIENDO CON EL ODIO

Decididamente, el Náufrago tira la toalla y debe confesar que no entiende nada de la vida. Por más vueltas que le da al caletre hay misterios que nunca comprenderá. Definitivamente no se esforzará más en tratar de entender el funcionamiento del corazón humano. Ni el mismo Dios, si existiera, sería capaz de explicar el comportamiento de eso que llamamos ser humano.

El Náufrago acaba de abrir los periódicos, ha echado una ojeada a la prensa digital y se ha encontrado con la noticia del día: “De Juana, en la calle”. Ha podido ver al ex-preso, sin rastros aparentes de su huella de hambre, con la mirada perdida en el vacío de la mañana de Aranjuez, ‘sin amour’. A la puerta de la prisión, un Toyota todoterreno esperaba a los dos abogados que acompañaban a De Juana y su mujer. Enfrente, sólo un pelotón de fotógrafos, apuntaban al grupo y apretaban el disparador de sus cámaras.

Todo un homenaje mediático al que dicen hizo saltar por los aires a 12 guardias civiles en prácticas una mañana de julio en una plaza de Madrid. El mismo que un mes antes había ametrallado al coche oficial de un coronel del Ejército y a su chófer, al mes siguiente, asesinado a un vicealmirante , un año después ‘ajusticiaría’ a cinco agentes de la Guardia Civil y al año siguiente asesinaría a otros tres militares. Un intenso currículo de muerte y 25 cadáveres en su siniestro ‘palmarés’.

¿Cómo se puede llevar encima tanta muerte y sentirse ‘orgulloso’, frío y altanero? ¿Qué mecanismo interior hace posible digerir tanta sangre, mantener enhiesta y desafiante la cabeza, fría la mirada , retadora la mano capaz de escribir en un periódico 19 años más tarde: "Hace años escuché a un muy apreciado compañero chillar con fuerza ‘Sacad vuestras sucias manos de Euskal Herria’. Sí, sacadlas, porque otro camino sólo implica más sufrimiento. O el futuro terminará demostrando, sin duda, que os quedasteis sin ellas".

¿Tanto odio puede cavar el ‘amor’ a una ‘patria’ en el corazón de un hombre, para poder celebrar con cava y langostinos la muerte de una pareja que volvía a su casa a besar a sus hijos que dormían y decir: "Sus lloros son nuestras sonrisas y terminaremos a carcajada limpia ?Me encanta ver las caras desencajadas que tienen"

Si se puede seguir viviendo así, sin sentir el peso de tanta muerte, sin el más mínimo remordimiento, el Náufrago quiere permanecer para siempre en esta isla, sin esos ‘dioses’, sin esas ‘patrias’.

Comentarios

Sylvia Otero ha dicho que…
No puedo comprenderlo tampoco.

Prefiero naufragar y quedarme en mi isla.

Calispera sas,
pilar ha dicho que…
No es entendible que un asesino ande por la calle tranquilamente
Anónimo ha dicho que…
Pilar, "Casi..."

Perdonad que no añada nada más a lo que escribí esta mañana. Necesitaba echarlo fuera de alguna manera.

¡Hay tantas cosas difíciles de entender en este asunto...!

Boas noites a ambas
Campurriana ha dicho que…
He estado ausente estos días. Perdida en una sierra en la que lo único que se escucha es el ruido del agua sobre las rocas, el cantar de las aves que la sobrevuelan, el corretear de algún corzo perdido cerca...
No he echado de menos esta realidad casi esperpéntica.
Anónimo ha dicho que…
Campurriana,

Eso de 'perderse' por ahí, por algún sitio apartado, dejando de lado y olvidándose esta realidad 'espérpentica' como dices, a la que se podría adjudicar otros adjetivos de olor más desagradable, es una buena idea.

¿Quién dijo que el avestruz no sabe muy bien por qué esconde la cabeza, cuando barrunta algo que 'huele' mal?

Que te sea suave el 'aterrizaje',después de esos 'vuelos' por las sierras.
Campurriana ha dicho que…
Muchas gracias, Náufrago. Me alivia pensar que volveré por allí prontito.
Me gusta el contacto con una naturaleza que apenas veo por el roce del asfalto...

Felices sobremesas.

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