Lenguaje de antaño
'SALMANTINISMOS'
Como he visto que esto de los dialectismos locales queda muy lejos para los de otras regiones y no digo nada para los que teniendo un idioma común, viven al otro lado del océano, doy continuación a la anterior entrada.
La recuperación de los dos vocablos de especiales resonancias que he citado en la anterior entrada, me brindó la ocasión de ampliar información sobre el dialecto leonés y en particular palabras propias de la provincia de Salamanca (o sea, mis ‘salmantinismos’). De esta forma llegué a un trabajo realizado por el profesor del Departamento de Lengua española de la Universidad de Salamanca, José Luis Herrero Ingelmo. El estudio en cuestión se titula “El Leonés en Salamanca cien años después”: 26 páginas, diez de ellas dedicadas a bibliografía y direcciones en Internet. Por supuesto, me salté la bibliografía, leí rápidamente algunos apartados y me detuve en el apartado 4 que rezaba: “Mis salmantinismos”.
Desconozco la edad del profesor, pero para mi regocijo recuperé varios de mis ‘salmantinismos’ y me hicieron revivir horas de juego, de travesuras infantiles o palabras oídas a los mayores, sin entender algunas veces su verdadero significado. Y así renacieron términos relacionados con las bolas o canicas: ‘guá’ ‘mecas’ (canicas de barro). Órdenes del juego: ‘manis’, ‘segas’ ‘terce’…’porro’, para indicar el primero, segundo, tercero… último en un juego. A propósito de las peleas infantiles surgieron también palabras o expresiones ya perdidas como “echar dreas” (peleas con piedras) de donde resultaban a veces ‘piteras’ (heridas en la cabeza). Así de ‘burritos’ éramos. Si no eran heridas en la cabeza, en una de estas peleas podíamos acabar con lesiones. “¡Menuda ‘jera’ que te has hecho!”, otra clase de heridas que con el paso del tiempo se iban curando y se formaban (‘cochapas’, costras) o al estrenar zapatos se nos formaban ‘borjas’ (ampollas en la piel).
El mundo de la calle y de los juegos era el más rico en vocablos perdidos. Nuestros secretos, toda clase de objetos privados, se guardaban en ‘rinches’, para que no fueran 'rispiados' (robados), y como 'diversión cazábamos ‘saltigallos’ (saltamontes), al que salvajamente le privávamos de una de sus patas...¡angelitos!. Y ya referido al ámbito de la casa, los malos comedores resultaban ser unos ‘comiques’ y derivado de ello: unos ‘jijas’ (delgados, esmirriados). Como no había demasiadas golosinas, aparte de las pipas de girasol , el regaliz de palo y las semillas de garrafa, la señora Antonia nos vendía a la puerta del colegio ‘entremozos’, versión salmantina de los ‘altramuces’, llamados también ‘chochos’ (?)
Podríamos seguir aún más, pero es suficiente para sentir como la infancia se cuela por entre las palabras devolviéndonos viejos sabores, desdibujados rostros, lugares perdidos o irreconociblemente transformados.
Como he visto que esto de los dialectismos locales queda muy lejos para los de otras regiones y no digo nada para los que teniendo un idioma común, viven al otro lado del océano, doy continuación a la anterior entrada.
La recuperación de los dos vocablos de especiales resonancias que he citado en la anterior entrada, me brindó la ocasión de ampliar información sobre el dialecto leonés y en particular palabras propias de la provincia de Salamanca (o sea, mis ‘salmantinismos’). De esta forma llegué a un trabajo realizado por el profesor del Departamento de Lengua española de la Universidad de Salamanca, José Luis Herrero Ingelmo. El estudio en cuestión se titula “El Leonés en Salamanca cien años después”: 26 páginas, diez de ellas dedicadas a bibliografía y direcciones en Internet. Por supuesto, me salté la bibliografía, leí rápidamente algunos apartados y me detuve en el apartado 4 que rezaba: “Mis salmantinismos”.
Desconozco la edad del profesor, pero para mi regocijo recuperé varios de mis ‘salmantinismos’ y me hicieron revivir horas de juego, de travesuras infantiles o palabras oídas a los mayores, sin entender algunas veces su verdadero significado. Y así renacieron términos relacionados con las bolas o canicas: ‘guá’ ‘mecas’ (canicas de barro). Órdenes del juego: ‘manis’, ‘segas’ ‘terce’…’porro’, para indicar el primero, segundo, tercero… último en un juego. A propósito de las peleas infantiles surgieron también palabras o expresiones ya perdidas como “echar dreas” (peleas con piedras) de donde resultaban a veces ‘piteras’ (heridas en la cabeza). Así de ‘burritos’ éramos. Si no eran heridas en la cabeza, en una de estas peleas podíamos acabar con lesiones. “¡Menuda ‘jera’ que te has hecho!”, otra clase de heridas que con el paso del tiempo se iban curando y se formaban (‘cochapas’, costras) o al estrenar zapatos se nos formaban ‘borjas’ (ampollas en la piel).
El mundo de la calle y de los juegos era el más rico en vocablos perdidos. Nuestros secretos, toda clase de objetos privados, se guardaban en ‘rinches’, para que no fueran 'rispiados' (robados), y como 'diversión cazábamos ‘saltigallos’ (saltamontes), al que salvajamente le privávamos de una de sus patas...¡angelitos!. Y ya referido al ámbito de la casa, los malos comedores resultaban ser unos ‘comiques’ y derivado de ello: unos ‘jijas’ (delgados, esmirriados). Como no había demasiadas golosinas, aparte de las pipas de girasol , el regaliz de palo y las semillas de garrafa, la señora Antonia nos vendía a la puerta del colegio ‘entremozos’, versión salmantina de los ‘altramuces’, llamados también ‘chochos’ (?)
Podríamos seguir aún más, pero es suficiente para sentir como la infancia se cuela por entre las palabras devolviéndonos viejos sabores, desdibujados rostros, lugares perdidos o irreconociblemente transformados.
Comentarios
Me imaginaba que provenía de Salamanca, pero quería confirmarlo.
Como sabés me encanta aprender!
El mes próximo aprovecharé para repasar, francés, gallego, catalán y canario.
En mi país uno de los 19 departamentos se llama Canelones. A los habitantes del mismo se les llama canarios porque sus primeros habitantes provenían de la isla, así como los montevideanos. Pero no sé por qué, sólo a los de Canelones se los llama así.
También se le llama canario a cualquier persona que no sea de Montevideo, la capital.
Como verás me he ido por las ramas. Debe de ser mi 50% canario que me lleva a ello.
Ahora que mencionas la palabra 'candar' en el sentido de 'cerrar la puerta', me ha venido a la memoria otra acepción de esa misma palabra.
Había años, en inviernos más rigurosos que los de ahora, en que el río Tormes se helaba. Cuentan, yo no lo vi, que se celebraban partidas de cartas, con mesas y sillas, sobre el río 'candado' (helado).
Gracias por recordarme el vocablo.
Me parece bien este intercambio de epónimos porque mutuamente nos enriquece.
Sabía por ejemplo que en Argentina a los emigrantes españoles eran conocidos como 'gallegos'. No sabía lo de los 'canarios' uruguayos.
En estos días tendrás ocación de conocer a canarios , canarios, con su peculiar y cadencioso acento.
Feliz viaje.
Mi abuela y bisabuela maternas eran canarias. Así que desde niña escuché el peculiar y cadencioso acento. También estuve en Gran Canaria en 1984.
También me críe junto a mis abuelos gallegos. Recuerdo que en lugar de pronunciar decir, lo pronunciaban dizir. Los nietos nos reíamos porque pensábmos que se equivocaba, pero no!! lo decían en gallego.
Aquí también se les llama gallegos a los españoles, no importa de que sitio sean.
A nosotros a veces nos llaman argentinos .... y otras sudacas.
GRACIAS DE NUEVO!!
Palabras que se lleva el viento...
Cuando escucho ciertas palabras que pronuncia mi abuela, algunas canciones tradicionales, dichos, frases hechas, refranes plagados de inteligencia y nacidos en la humildad....pienso que es una lástima que dejen de ser pronunciados algún día...
De todos modos, no creo que la psicología esté reñida con la sintaxis.
Saludos