Cómo no hacer nunca el ridículo

CUENTO CAUCÁSICO (ver mapa)

Andaba hoy el Náufrago leyendo unos cuentos ‘filosóficos’, nada menos, cuando se encontró una historia originaria del Cáucaso. Lo primero que hizo fue situarse en el sitio adecuado, por si se había olvidado de la geografía; que sí, un poco.Empieza el cuento.
"Una mujer llamaba Satana, de la tribu de los nartas, quería casarse con su hermano Uryzmag que debía tener ‘una barba blanca como la nieve’, según la leyenda. Y así se lo propuso.

- ¡Jamás se ha visto algo semejante entre los nartas!, replicó su hermano. ¡No podría ni salir a la calle! ¡Todo el mundo se reiría de mí!

Entonces su hermana, Satana, le mandó sentarse, y le soltó: “Voy a enseñarte cómo evitar las risas de la gente”. Su hermano se rascó la cabeza, se mesó la barba de nieve y fue todo oído, ante el aplomo de su hermana, que para eso se llamaba Satana.

- Mira, so zoquete, (bueno, esto no se lo dijo, lo añado yo, por llamarle algo) Coge un asno, o sea, un burro. Ponle tu silla y tus riendas de plata y ensíllalo al revés (o sea mirando para atrás). Luego le agarras el rabo con ambas manos y te paseas durante tres días por la calle principal del pueblo, para que te vean esos memos.

Uryzmag, que hacía mucho caso a su hermana, salió a la calle ,encima del burro, con su barba blanca como la nieve. El primer día, todos los paletos del pueblo le miraron y se echaron a reír y lo señalaban con el dedo. El segundo día, volvió a dar el paseo y se rieron los que no habían asistido al espectáculo el día anterior. El tercer día se ve que ya nadie se sorprendía, y no le hicieron ni puto caso.

El cuarto día se casó con Satana. (Se ve que la tal Satana, era de riendas tomar)"

La moraleja se la dejo para ustedes, pero si quieren más señas, les doy la dirección del correo electrónico de Satana: satanarta@gmail.com.
  • Nota: La joven de la foto, no pertenecía a la tribu narta. Era una turista que pasaba por allí.

Comentarios

Sylvia Otero ha dicho que…
Recién leí un post de Campu que se refería a un caso similar a éste.

Lo ideal sería dejar de pensar en lo que piensen los otros sobre nosotros, mientras lo que hagamos con nuestras vidad no lastime a nadie.

No es tan fácil. El ideal es que nadie tuviera que juzgarnos ni nosotros juzgar a nadie. El respeto por el prójimo es primordial.

Lamentablemente la realidd es otra.

Buena semana!

Entradas populares