El ‘tacón de Dios’

DIRIGIDO A D. JOSÉ Mª GUTIÉRREZ, ‘GUTI’.

Eran la once y pico de la noche, una noche de lluvias y de fútbol. Las once y pico en todos los relojes de la noche. Cuarenta minutos de la segunda parte habían transcurrido, cuando el balón rodaba por el empapado césped de Riazor. Avanzaba directo hacia la portería contraria don José Mª Gutiérrez, esbelto perfil de rubia elegancia. Fue entonces, cuando frente a las garras abiertas de un tal Aranzubía, él se inventó un taconazo de oro y desafío. La pelota llegó al punto justo desde donde la bota del francés lanzara un ‘chut inapelable’.

Todas las plumas épicas del país, todas las teclas de los ordenadores deportivos empezaron a glosar la ‘gesta heroica’ del rubio de Torrejón, otrora maldito. “Jugada de museo”, “taconazo sublime”, “el tacón de Dios”, “sensacional taconazo”, “burla perfecta”, “canon de belleza”… El Casares se quedó sin adjetivos: sublime, portentoso, impresionante, insólito, fantástico…Las televisiones del país, unánimes, repitieron hasta el hartazgo el ‘tacón de Dios’. Una y mil veces mostraron la jugada. El hasta entonces, abúlico, voluble, tornadizo, caprichoso, se convirtió en un dios, en un genio, prodigioso, ‘galáctico’.

¡Oh cuán volubles pueden ser nuestras filias y nuestras fobias! Durarán unos días, quizás unas semanas, y el que hoy es héroe y genio, será mañana abucheado, insultado, alojado en el rincón del olvido. “Sic transit gloria Guti”

Don José Mª Gutiérrez, Guti, siga usted con su carácter, cambie de juegos como de amores. Al fin y al cabo, usted es como es. Tan pronto le elevarán a los altares de la gloria, como le arrojarán a la sima del averno.

También los aficionados se llaman GUTIÉRREZ, no lo olvide.