FELIZ 2010, que nada, ni nadie, nos lo impida

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CARTA DE DOUCE SOBRE EL NUEVO AÑO

Queridos ‘isleños, los que por aquí, quizá, pasarais,

No quiero dejar en manos del Náufrago esta despedida del ‘annus horribilis’ que dejamos atrás. Si lo dejara en sus manos nos iba a diseñar un año lúgubre, desastroso, y acabaríamos todos, incluso yo, que soy optimista por naturaleza, lamentándonos y echando pestes de los que manejan el ‘tinglao de la farsa’.

Así pues, pensaremos que nuestra vida está en nuestras manos, aún en los momentos más difíciles y aunque tengamos unos gobernantes que no saben muy bien por dónde se andan, nosotros sí podemos hacer una vida ‘vivible’, si no les hacemos demasiado caso y tratamos de hacer bien lo que a nosotros nos corresponde. A mí, no hay crisis que me arruine. Me conformo con muy poco para vivir, y les aseguro que vivo intensamente mi vida ‘perra’, que no tiene nada que ver con la acepción que puedan encontrar en los diccionarios de los humanos. Lamentablemente, todavía, a estas alturas, los perros seguimos teniendo mala prensa en el lenguaje de los que se llaman humanos. Si hemos soportado durante siglos, sin darle ninguna importancia, a ese descrédito, comprenderán que ninguna crisis, ni ninguna difamación van a rebajar, ni una décima, nuestra autoestima. Sabemos quiénes somos, sabemos lo que queremos, y no perdemos ni un minuto, en dar pábulo a lo que puedan decir de nosotros. Quizá fuera una receta para los humanos, que se vienen abajo, cuando tienen que apretarse las clavijas, porque no se pueden comprar el coche o la casa que soñaban, que se desmoronan porque no pueden ir de vacaciones al Caribe, o porque doña Crisis, antipática, les priva de las ‘necesidades’ que ellos solitos , con señuelos ajenos, se han creado.

En todo caso ante una realidad no favorable, se puede ser ‘pesioptimista’, que es una manera de aceptar una realidad adversa, sabiendo que tenemos resortes interiores. Permítanme que, aunque perrita, les de un consejo a ustedes, los humanos. Sobre todo, no confíen, ni crean, a los que desde el poder y aledaños les embauquen con sus cantos de sirena. Yo, que a veces oigo a mi papá leer en voz alta, me quedé con esta frase, y ya termino este sermón perruno, “Creed en los que buscan la verdad, desconfiad de los que la encuentran” (Eso lo dijo don ‘Andrés’ Gide)

FELIZ AÑO PROPIO

Suya afectísima. DOUCE
('Perita en lunas')