Desilusiones

MANEJANDO LA REALIDAD

Desilusión, decepción, desengaño, desencanto, desesperanza... son palabras que tienen algo en común:indican lo contrario, de aquello que en algún momento nos ilusionó, nos encantó, nos abrió el camino de la esperanza. Aquello que algún día nos habitó por dentro, nos hizo pensar que quizá hubiéramos deseado hacer nosotros, algo no ordinario. Vivimos un mundo de imágenes, de momentos captados por una cámara, eternizados. Pensamos en todo lo que suponía de arte, de oportunidad, de exactitud, hasta de riesgo personal para captar algunas imágenes. A la historia de la fotografía han pasado instantáneas de guerra, de catástrofes captadas por hombres o mujeres que sabían estar en el lugar justo, en el momento oportuno, con el ojo bien abierto y el dedo presto para captar un instante expresivo e irrepetible.

Ahora, el Náufrago se ha sentido decepcionado, engañado, desilusionado, cuando dos fotos que él admiró tan sólo hace unos días, ha descubierto que no son tan ‘espontáneas’ como se muestran. La primera se refiere a la foto del abulense José Luis Rodríguez, Premio Internacional de Naturaleza, donde se veía a un lobo ibérico saltando, de noche, una cerca. El Náufrago, al verla, creyó en este momento único: un fotógrafo que ha soñado durante años ese momento, que se pasa una noche en el campo, cámara en mano, observando los animales y que en un momento ‘feliz’ capta a un lobo saltando una valla. ¿Oportunidad, casualidad, paciencia, arte, habilidad, suerte, exactitud, belleza…? Todo eso y más venía a la cabeza de cualquier observador y también a los miembros del jurado que le concedió el premio.

Posteriormente han surgido dudas sobre las condiciones en que fue sacada esa foto. ¿En realidad era un lobo salvaje, o un lobo adiestrado de un zoo cercano? Las dudas, las simples sospechas ya ponen en duda el encanto.

- Algo parecido le ha sucedido al Náufrago con una de las fotos mostradas en esta isla, hace poco, de la colección de Agustí Centelles, recientemente vendida al Archivo histórico de Salamanca. La foto representa a unos guardias de asalto disparando, parapetados tras los cadáveres de unos caballos. La foto no se realizó en el momento en que disparaban, sino que fue tomada después de que hubieron pasado los hechos, en la misma esquina, con los mismos personajes. Quizá el hombre de paisano con pistola, no estaba en el momento real en que tuvo lugar la escena.

La foto puede tener el valor testimonial de lo que ocurrió, pero pierde el valor fundamental, que reflejara el instante mismo en que los protagonistas disparaban.
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Fotos: J.L. Rodríguez / A. Centelles

Comentarios

M. Luz ha dicho que…
A veces es preferible no saber.....


Besossss

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