San Antonio se ‘publicita’

¡CÓMO ESTÁ EL PATIO!

La ironía, que según el DRAE, “es una burla fina y disimulada”, suele ser una figura retórica que lleve consigo una dosis de más o menos mala leche, según cómo y quien se sirva de ella. La suelen utilizar algunos tímidos, léase náufragos, o personajes con mal café que no lo son tanto. Les aseguro que el Náufrago pertenece al primer grupo y la utiliza para darle un poco de alegría a su cuerpo y a su ánimo que lo necesitan.

Todo este introito, o venda antes de la herida, para contarles algo que le ha sorprendido hoy, de ‘bon matin’, como dicen nuestros vecinos de arriba. Resulta que entró a ver el ‘slide’ o presentación que había ‘subido’ ayer a su lugar de cobijo, y se encontró con una sorpresa. La presentación iba de ‘lluvia’ y vió que en la página había, incrustado, un spot publicitario. No era una invitación a visitar las Cataratas del Niágara, o darse un garbeo por la Cordillera Cantábrica, puesto que hablábamos de Lluvia.

¿Con qué o quién creen que se encontró el Náufrago junto a su PPS?... Al mismísimo San Antonio de Padua, con el Niño en la mano. Ambos con una carita dulcísima. El texto que acompañaba a la imagen era el siguiente: “Soy San Antonio, el santo de los milagros: quiero que compres mi revista. Por sólo recibirás de regalo MI MEDALLA”10€ (y se veía la medalla). El Náufrago quedó sorprendidísimo. ¡Un santo milagrero, que ocupa los primeros puestos del ranking de la especialidad, según me he documentado, que tiene como rivales a S. Judas Tadeo, abogado de cosas y causas imposibles y con San Expedito (debe de ser por su rapidez), necesitando publicitarse en Internet! ¡Hasta dónde llega la crisis! Claro que al seguir documentándose, el Náufrago se enteró de muchas cosas más sobre el santo de Padua, que no era de Padua, sino de Lisboa, que no se llamaba Antonio, sino Fernando Martim de Bulhões e Taveira Azevedo, descendiente del cruzado Godofredo de Bouillon, y nacido en el encantador barrio lisboeta de Alfama

Último dato. Su especialidad en encontrar cosas perdidas y amores no llegados. Al parecer, en algunos países las muchachas solteras tienen la costumbre de comprar una pequeña imagen de San Antonio y colocarla de espalda como castigo hasta que hayan encontrado un buen marido, o en su defecto, un pasable novio. ¡Pobre San Antonio, según está el patio! Me lo imagino con más frecuencia al revés que de cara… ¿Y qué hacer si el marido le sale rana? La venganza femenina debe ser terrible contra el santo casadero. ¡En menudo fregao se ha metido, de Celestino, según están los tiempos! No le arriendo las ganancias.

Vean, para terminar, la perla que encontró en su trabajo de ‘investigación’, sobre el santo italo/portugués. Lo transcribo tal cual, para que conserve todo su 'sabor'. En un foro que trataba de 'santos milagrosos' una 'aforada’ decía:
“A mi pelukero, k es un sollll (besitos matias)
no le salia novio, y le regale un san antonio, y escondió el niño, para devolverselo a san antonio cuando le saliera novio, y ahora k le ha salido, no se acuerda dnd ha metio el niño de san antonio, y dice k el santo le va a kitar al novio, y tiene un come come y un trajin...”
- ¡Sublime! Dan ganas de seguir viviendo…

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