Dos viñetas nada más

Quizá, si han visitado más veces esta isla, habrán podido leer –porque el Náufrago se repite- que de pequeño fue un devorador de tebeos, de las aventuras de Emilio Salgari e historias de la Editorial Araluce. Una de sus muchas cochinas envidias ha sido y es, no haber tenido el talento de los que dibujaban aquellos tebeos, los Ibáñez, los Blasco, los Gago, los Bañó, y más tarde los Quino, los Uderzo, los Hergé, los Sempé y tantos otros… Aún hoy, los lee y le divierten.

Una de las secciones que no se pierde cuando abre un periódico son las viñetas, más o menos cómicas, más o menos incisivas

SÓLO ANTE EL PELIGRO

Hay viñetas que valen por varios editoriales, alambicadas columnas o sesudos artículos. Esas imágenes, entran por los ojos y no necesitan grandes luces. Ayer, por ejemplo, se encontró con estas dos que son dos retratos fieles del momento que vivimos.

La primera, dibujada precisamente por un joven paisano, salmantino, de nombre Juan Cáneba, muestra con maestría a un “ZP, sólo ante el peligro”. Título e imagen se completan perfectamente. Sin palabras, muestran a un Sheriff solitario paseando con más canguelo que audacia por las calles desiertas de este poblado hispano del oeste europeo, sin apenas nadie que le acompañe, esperando que aparezca esa panda de forajidos que le han prestado los dólares para seguir sobreviviendo. Nuestro Gary Cooper casero, la mano derecha - ¡qué paradoja!- cerca del Colt por si los bandidos aparecen. Los ‘amigos’ de antaño, se han escurrido, los enemigos, esperan que la realidad le eche la soga al cuello. Más sólo que la una.


CUANDO MI BARCA NAVEGA...

La segunda, está dibujada por una conocida pluma. Apenas hay palabras. Pero describe gráficamente el ‘estado de la Nación’. Un navío que navega sin rumbo, medio hundido, ocultando el lastre que le lleva hasta el fondo. Tan sólo una parte de la nave asoma a la superficie: apenas ‘la libélula vaga, de una vaga ilusión’, como dijera el poeta, la mantiene a flote. ¿Por cuánto tiempo? Quizá mañana también ella se desvanezca. Será el momento de agarrarse a la boya indecisa del verano y aguantar hasta que lleguen las tormentas deun áspero otoño.

***

Pero, en su caso, yo no haría demasiado caso de los náufragos. No tienen credibilidad alguna los que dejaron que su barco se estrellara contra las rocas y se fuera a pique.

No olviden que se trataba de dos simples viñetas y algunos monigotes.

Comentarios

Campurriana ha dicho que…
A veces dos simples viñetas dicen mucho más que tanta palabrería escrita, hablada, chapurreada...

Pues sí. Me ha gustado esta entrada, Náufrago.

Entradas populares