La mirada

ENTRE CEJAS Y ARRUGAS

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Fue lo primero que vi, al despertar esta mañana. No eran los ojos del poeta:“Ojos claros, serenos, / si de un dulce mirar sois alabados, / ¿por qué, si me miráis, miráis airados?”Tampoco eran “airados”, más bien parecían asustados, circunflejos, cansados. No sé si era yo quién los miraba o eran ellos los que miraban como clamando: “¿Qué debo hacer? Haré lo que me mandan” Herido está el ciervo…herido va… no hay duda

En este diálogo de miradas, más que diálogo era verse en un espejo. Esa mirada gris tenía ahora seis años. Años de sueños, de fantasías, mirando de espaldas a la realidad. Hoy, las arrugas hablan de preocupaciones, de puertas de salida incierta, de perplejidad, de añoranza de las ilusiones de antaño, de la soledad presente. Miran, sabiendo que es mirado y le asusta lo que ve y verse. Son ojos que más que mirar, semejan un espejo. Y mirándolo bien, se ve todo un país que no sabe adónde dirigir sus miradas. No ven el final de este comienzo.

Seis años han pasado y al final han cavado esas ojeras, que hablan de inseguridad, de vigilias, de cansancio. Sus cejas son aún más circunflejas y los mimos de ayer callan. Es una historia anunciada que no quiso creerse, pero no se puede vivir eternamente en el limbo de la fantasía. Esos ojos son hoy un retrato en el que nos reconocemos todos. Quieran los dioses que al fin, se abran los ojos y no sueñen. Que vean lo que es la realidad y dejen de lado las ‘ficciones’, los enjuagues, los apaños, los engaños, los sueños, los rencores.

Dejo de mirar esos ojos, me hacen daño. Trato de ver la luz y sigo viendo sombras. Pero quiero creer, lo necesito, hasta lo creo. Saldremos de este túnel, quizá con sangre, sudor, lágrimas y esfuerzo. Pero saldremos.

REGARD

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