Un día de febrero
MARTES AL SOL
La del alba sería cuando…, perdón, corrijo. La del mediodía sería, cuando el Náufrago salió de su casa para hacer algunas gestiones propias de su sexo y condición. Era un 16 de febrero, martes de ‘Carnestolendas’. Las calles, paseos, plazas del centro de la ciudad estaban llenas de gente, señores y señoras mayores con abrigos de pieles, niños, mamás o abuelitas con sus pequeños, corrillos de inmigrantes en sus plazas de citas, esperando un contrato, cafés repletos, paseantes, mirones de escaparates con rebajas al -70%.Todo un mundo que iba o venía, llenaban los autobuses.
Al ver tanta gente en la calle, el Náufrago se preguntaba ¿quién trabajaba en este país en crisis? Era un martes de carnaval, cuando ya los desfiles, los entierros de la sardina ya se habían consumado, las chirigotas habían dejado de cantar, pero las calles y plazas del centro estaban ‘abarrotás’ de niños, abuelas, abuelos, mamás disfrutando del sol del mediodía o tomando un café.
Mientras se paseaba y resolvía sus gestiones, el Náufrago iba tomando nota de todo lo que veía: viejos en charla animada en los bancos del Ayuntamiento, tiendas que cerraban o trataban de deshacerse de ropas, calzados y otras mercancías con rebajas de ganga, músicos callejeros, mendigos de siempre con su cartel en el que nadie se fijaba: “Soy muy pobre Tengo 4 niños y no tengo donde dormir y Tengo ‘diatetis’, y una ayuda por favor y Muchas gracias”.
Era una mañana soleada de febrero, las calles y las cafeterías estaban llenas, los inmigrantes sin trabajo, reunidos en su lugar de cita, los jubilados charlaban en los bancos. ¿Alguien pensó que este país tuviera problemas?
Al ver tanta gente en la calle, el Náufrago se preguntaba ¿quién trabajaba en este país en crisis? Era un martes de carnaval, cuando ya los desfiles, los entierros de la sardina ya se habían consumado, las chirigotas habían dejado de cantar, pero las calles y plazas del centro estaban ‘abarrotás’ de niños, abuelas, abuelos, mamás disfrutando del sol del mediodía o tomando un café.
Mientras se paseaba y resolvía sus gestiones, el Náufrago iba tomando nota de todo lo que veía: viejos en charla animada en los bancos del Ayuntamiento, tiendas que cerraban o trataban de deshacerse de ropas, calzados y otras mercancías con rebajas de ganga, músicos callejeros, mendigos de siempre con su cartel en el que nadie se fijaba: “Soy muy pobre Tengo 4 niños y no tengo donde dormir y Tengo ‘diatetis’, y una ayuda por favor y Muchas gracias”.
Era una mañana soleada de febrero, las calles y las cafeterías estaban llenas, los inmigrantes sin trabajo, reunidos en su lugar de cita, los jubilados charlaban en los bancos. ¿Alguien pensó que este país tuviera problemas?
Comentarios
Felices sueños.
Ahora que estoy semijubilada y soy yo quien camino me imagino que los que van en sus coches o en los ómnibus al centro a trabajar, pensarán lo mismo de mí.
Me gustó tu relato. A través de él visité un poco tu ciudad con sus claros, oscuros y claroscuros.
Buen día de miércoles!!!
Lo que de verdad pretendía con este paseo y su reflejo en la Red es cómo, paseando, uno puede ir 'absorviendo' la realidad con la que se topa de mil maneras. Las 'reflexiones' que luego 'seleccionemos' sobre nuestra 'visión', podrían tener decenas de facetas o interpretaciones.
No pretendía sacar una 'sola lección'. En realidad,las 'visiones' pueden ser mútiples. Sólo pretendía MIRAR Y VER. Las 'elecciones' que luego exponga no son lo más importante, porque junto a esa 'visión' hay muchas más facetas.
'Ver', sobre todo 'mirar', es vivir. La cámara nos ayuda a 'fijarnos' y 'escoger'.
Fue GTB quién me sugirió hacerlo.
Me dió la idea de sacar fotos, no por el arte, sino para poder describir mejor lo que cuentas.
Si no hubiera fotografiado a la mendigo, no habría podido retener su 'mensaje'.
Sorry!