¡Arriba las manos!
‘RELIGIONES’ Y LAZOS
Afortunadamente para algunos, desgraciadamente para otros, las ‘religiones’ no desaparecen, solamente se transforman. Los laicismos, los ateismos y demás 'ismos' no dejan de ser otra modalidad de ‘religarse’ a otros ‘credos’, a otros ritos, a otras ‘predicaciones’, donde los que no participen de ellas, estarán fuera de la 'Verdad verdadera' . Aunque los entendidos no se ponen de acuerdo sobre la etimología de la palabra ‘religión’: ‘relegere’ (Cicerón) o ‘religare’ (Lactancio), no cabe duda de que las 'religiones' , atan, ligan, tratan de congregar en torno a un credo y regir el destino de sus 'fieles'.
Sea cual sea su origen, todas las ‘religiones’ y similares coinciden en muchas puntos: ligazón a un credo, asociación, ritos, ‘mandamientos’, unidad en la obtención del mismo objetivo. El hombre, por naturaleza o por necesidad, es un ser gregario, gusta de unirse a sus semejantes, apoyar su soledad en la familia, la tribu, el club, la asociación, la congregación, el partido, la nación, los símbolos, las banderas, las iglesias.
Hay unos que optan por arrodillarse, orar, procesionar, comulgar de las mismas creencias, tratan de obedecer unos mandamientos para obtener una vida eterna… Hay otros que en lugar de arrodillarse , alzan los puños, o extienden el brazo derecho abriendo la palma de la mano, todos exhiben sus signos, sus banderas, sus pancartas, muestran las fotos de sus ‘mártires’, entonan himnos, ‘tedeums’, o ‘internacionales’, en nombres de dioses, de patrias o partidos. Al ser humano le resulta difícil vivir la íntima soledad, resolver las propias dudas, admitir sus incoherencias. Necesitamos alguien que nos ilumine, nos muestre la Verdad absoluta sin matices, ni dudas. Necesitamos la seguridad de los ‘ideales’ o los dogmas.
Pero los brazos no se hicieron para alzar los puños, extender las manos, elevar banderas al viento, portar estandartes y pancartas, ponernos escapularios o pañuelos al cuello. Las manos se hicieron para trabajar, para crear, para estrechar otras manos, para abrazar o dar una palmadita en el hombro en señal de aliento o de compañerismo. También para acariciar, si se presenta el caso.
Sin embargo mientras unos levantan el puño, otros se arrodillan, otros extienden las manos en busca de imperios, otros muestran banderas y pancartas para marcar dónde comienzan las distancias.
Sea cual sea su origen, todas las ‘religiones’ y similares coinciden en muchas puntos: ligazón a un credo, asociación, ritos, ‘mandamientos’, unidad en la obtención del mismo objetivo. El hombre, por naturaleza o por necesidad, es un ser gregario, gusta de unirse a sus semejantes, apoyar su soledad en la familia, la tribu, el club, la asociación, la congregación, el partido, la nación, los símbolos, las banderas, las iglesias.
Hay unos que optan por arrodillarse, orar, procesionar, comulgar de las mismas creencias, tratan de obedecer unos mandamientos para obtener una vida eterna… Hay otros que en lugar de arrodillarse , alzan los puños, o extienden el brazo derecho abriendo la palma de la mano, todos exhiben sus signos, sus banderas, sus pancartas, muestran las fotos de sus ‘mártires’, entonan himnos, ‘tedeums’, o ‘internacionales’, en nombres de dioses, de patrias o partidos. Al ser humano le resulta difícil vivir la íntima soledad, resolver las propias dudas, admitir sus incoherencias. Necesitamos alguien que nos ilumine, nos muestre la Verdad absoluta sin matices, ni dudas. Necesitamos la seguridad de los ‘ideales’ o los dogmas.
Pero los brazos no se hicieron para alzar los puños, extender las manos, elevar banderas al viento, portar estandartes y pancartas, ponernos escapularios o pañuelos al cuello. Las manos se hicieron para trabajar, para crear, para estrechar otras manos, para abrazar o dar una palmadita en el hombro en señal de aliento o de compañerismo. También para acariciar, si se presenta el caso.
Sin embargo mientras unos levantan el puño, otros se arrodillan, otros extienden las manos en busca de imperios, otros muestran banderas y pancartas para marcar dónde comienzan las distancias.
Comentarios
El rancio sindicalismo obrero vuelve a aparecer como cada año y esta vez con más sorna, quizá por la dura situación que se está viviendo en el país ahora mismo. Todos contra el malo malísimo, contra el empresario, contra el que crea empleo y mueve la economía....Todos contra los explotadores, los que despiden sin escrúpulos de ningún tipo...¡Viva los obreros de trajes dorados y las obreras protagonistas de las revistas de moda!
Entrada crispante, Náufrago. Pero me han gustado tus palabras. Muy acertadas.
¿Sabes cual era la palabra que yo he leído? Pues exactamente esa que estás pensando.
:o)
Besos
Lo que suele ocurrir con los 'predicadores' de todas la religiones es que cuando se suben a los púlpitos sólo suelen ver la mota en el ojo ajeno y olvidarse de la viga que tienen en el propio y no le permite o no quieren ver la realidad.
Es muy fácil tirar piedras contra el tejado del vecino, como si ellos no fueran los 'empresarios' que rigen la mayor 'empresa del pais'que ellos administran, de la que ellos cobran, y no precisamente salarios de obrero.
Que se lo pregunten a los que están en el estrado.
Buen día,'operaria':-)
Esto de las dixlesias es lo que tiene, que uno encuentra la verdad con sólo cambiar una letra de su sitio.
Y claro que no pensaste,ni en 'cardos', ni en 'cuerdos', porque en este último caso la 'u' sobraba.
Besos, y cuidadín con lo que lees :O