Desde mi ventana, el mar no se ve
PENSAMIENTOS DESDE EL SILLÓN
¿Es cierto que no apreciamos lo suficiente lo mucho que tenemos y añoramos intensamente lo que echamos en falta? Quizá tendremos que empezar por apreciar todo lo que poseemos sin reparar en ello. No sabemos vivir nuestro AHORA, dejando que nuestra mente vuele hacia atrás o hacia delante en el tiempo, sin fijarnos en lo único que es lo que verdaderamente poseemos, nuestro ‘AHORA’: casa, familia, amigos, sustento, salud, gente que nos aprecia, y junto con ello, un montón de cosas que hemos ido acumulando, absolutamente prescindibles y de las que miles de millones de personas carecen.
Quizá la vida nos ofrece momentos de pausa para que pensemos en ello y no oigamos los cantos de sirena que nos empujan, incansables, seductores, y nos engañan para que sigamos rodeándonos de lo que en realidad no necesitamos. Despertadores insaciables de ‘deseos’ nos invitan a rodearnos de miles de cosas que al final no satisfacen nuestra única ‘Necesidad’, ser lo que somos, sin tanto adorno y arrumaco.
Hoy el Náufrago ha echado de menos el mar que de momento no puede ver. Se ha asomado a la ventana y ha sonado en sus oídos una canción antigua pero que le pareció absolutamente nueva. Creyó oír la voz de Pepa Flores:
¿Es cierto que no apreciamos lo suficiente lo mucho que tenemos y añoramos intensamente lo que echamos en falta? Quizá tendremos que empezar por apreciar todo lo que poseemos sin reparar en ello. No sabemos vivir nuestro AHORA, dejando que nuestra mente vuele hacia atrás o hacia delante en el tiempo, sin fijarnos en lo único que es lo que verdaderamente poseemos, nuestro ‘AHORA’: casa, familia, amigos, sustento, salud, gente que nos aprecia, y junto con ello, un montón de cosas que hemos ido acumulando, absolutamente prescindibles y de las que miles de millones de personas carecen.
Quizá la vida nos ofrece momentos de pausa para que pensemos en ello y no oigamos los cantos de sirena que nos empujan, incansables, seductores, y nos engañan para que sigamos rodeándonos de lo que en realidad no necesitamos. Despertadores insaciables de ‘deseos’ nos invitan a rodearnos de miles de cosas que al final no satisfacen nuestra única ‘Necesidad’, ser lo que somos, sin tanto adorno y arrumaco.
Hoy el Náufrago ha echado de menos el mar que de momento no puede ver. Se ha asomado a la ventana y ha sonado en sus oídos una canción antigua pero que le pareció absolutamente nueva. Creyó oír la voz de Pepa Flores:
Háblame del mar, marinero.Y en efecto, se asomó a la ventana, trató de que su cámara le mostrara un trocito de mar. Sería la bruma, sería que queda un poco lejos, pero hoy, marinero, desde mi ventana el mar no se ve.
Dime si es verdad
lo que dicen de él.
Desde mi ventana
no puedo yo verlo.
Desde mi ventana
el mar no se ve.
Háblame del mar, marinero.
Cuéntame que sientes
allí, junto a él.
Desde mi ventana
no puedo saberlo,
desde mi ventana
el mar no se ve.
Comentarios
Al leer esto recordé al personaje de Mar Adentro, cuyo nombre no recuerdo, y que en algunos momentos salía volando por la ventana a ver el mar.
Lo bueno es que dentro de poquito tú podrás disfrutar de su paz o de su furia bien de cerca.
Beso,
Afortunadamente quizá puedan acercarme al mar dentro de muy poco, aunque tenga que verlo desde el 'burladero'
Beso.
Bellas palabras, Náufrago. Vuelvo a aparecer por tu isla como el Guadiana...
:)
Ya sabes que tus visitas nos gustan, pero lo primero es lo primero. Los deberes tienen sus exigencias. Otros tenemos, no sé si podemos llamarlo suerte - mi trabajo nunca me resultó penoso - de poder organizar el tiempo a nuestro modo.
Felices y reparadores sueños