De hartazgos

PANORAMA

No sé si es la edad, si es el otoño que comienza o es una mirada hipercrítica, pero la verdad es que la lectura de la prensa me deprime, salvo ciertas reflexiones de algunos columnistas y no siempre. No hablo de la radio porque hace meses que no la oigo y dejo aparte la televisión que apenas la veo y no la oigo. La visión general que saco de esto que llamamos ‘país’, es la de un paisaje desolador, que va alternando levemente por temporadas. Ahora toca la resurrección de las putas, que de la noche a la mañana han salido a un primer plano y lo ocuparán por un tiempo, para de pronto esfumarse. También ocupan los titulares, mujeres acuchilladas, estranguladas o abatidas de un tiro, otro de los asuntos que salpican páginas y telediarios, cuando no son los follones que se arman en algún botellón, los independistas de acá o acullá que montan sus ‘referenda’, o resurge la falange de España grande y libre. El resto lo ocupan los rifirrafes entre pajines y cospedales, entre rajoys y zapateros, las gripes, las crisis, los PIB, los ERES, los ‘brotes verdes, y las colas secas del INEM…Encantador.

Y aún publica hoy algún periódico, a plena página, esta graciosa pregunta en grandes letras:
Si eres de los que piensan que el mundo de la política española es esto”:

un ROLLO,
esta noche, en ‘La vuelta al Mundo’
te vamos a hacer
cambiar de opinión” (John Müller)."
¡Tararí!Esto lo decía, sin ningún rebozo, un señor de chaqueta y corbata que sostenía en su mano derecha un rollo de papel higiénico. Se necesita morro.

Total, que el Náufrago echó mano de un librito que un día le regaló un amigo y que ha ido leyendo, a pequeños sorbos, algunas noches, un poco antes de dormirse. Cuidadosamente ha ido anotando aquellas reflexiones que de alguna manera le ayudaban a pensar y le iluminaban por dentro. Ha querido iniciar una experiencia que continuará o seguirá reservándosela para sí, según los vientos. Ha escogido algunos de sus pensamientos de eso que su autor, Rafael Argullol, poeta, ensayista, profesor, novelista, filósofo a su modo, llama “Cuaderno de travesía” del que su “Cazador de instantes” no es más que una primera entrega y los ha ‘encuadrado’ para tenerlo más a mano y por si a alguno le interesa.

Perdonen el rollo, pero es que entre tanta basura, tanta miseria moral, tanta saturación de siempre lo mismo, necesitaba respirar aires más frescos. Son gustos personales.

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