Precaución, amigo conductor
ROTONDAS Y OTRAS PERIPECIAS
El Náufrago tiene una teoría, marca de la casa, por lo que cada cual es libre de compartirla o tirarla directamente a la papelera del olvido. La teoría es la siguiente: cuando visites un país observa cómo conduce la gente, tendrás una idea bastante aproximada de cómo es la educación cívica de sus ciudadanos. Hay otros detalles que se pueden añadir: la altura de dicebelios en bares, restaurantes, autobuses u otros espacios públicos, la cantidad de servilletas, palillos, huesos de aceitunas que hay debajo de los mostradores de un bar o el estado de calles y aceras, de los carteles, fachadas y papeleras y otros detalles del mobiliario urbano. Dejo al criterio de los posibles lectores indicar qué puesto ocuparíamos los hispanos en el ranking de educación cívica entre los diferentes países europeos, incluidos los mediterráneos. Más que nada por el calor que nos calienta.
Todo este prefacio viene a cuento, o no, por los sustos ‘conductivos’ que el Náufrago ha experimentado esta mañana en el trayecto de ida y vuelta al gimnasio. Una distancia que no supera los 15 kilómetros. Conviene tener en cuenta algunos supuestos para valorar la parte de razón que le asiste en los distintos eventos que le han acaecido en tal corto trayecto.
Dadas estas circunstancias, uno siente alivio y se frota los ojos cuando alguien hace ademán de excusarse por haber metido la pata o cede el paso para que entres en el garaje dado que los vehículos van en fila india y están casi parados, taponando la entrada. En todos esos casos el Náufrago no cabe en sí de admiración, se siente sorprendido y no da crédito a lo que ven sus ojos. Duda si está en este país o es que directamente está camino del Paraíso del conductor.
El Náufrago tiene una teoría, marca de la casa, por lo que cada cual es libre de compartirla o tirarla directamente a la papelera del olvido. La teoría es la siguiente: cuando visites un país observa cómo conduce la gente, tendrás una idea bastante aproximada de cómo es la educación cívica de sus ciudadanos. Hay otros detalles que se pueden añadir: la altura de dicebelios en bares, restaurantes, autobuses u otros espacios públicos, la cantidad de servilletas, palillos, huesos de aceitunas que hay debajo de los mostradores de un bar o el estado de calles y aceras, de los carteles, fachadas y papeleras y otros detalles del mobiliario urbano. Dejo al criterio de los posibles lectores indicar qué puesto ocuparíamos los hispanos en el ranking de educación cívica entre los diferentes países europeos, incluidos los mediterráneos. Más que nada por el calor que nos calienta.
Todo este prefacio viene a cuento, o no, por los sustos ‘conductivos’ que el Náufrago ha experimentado esta mañana en el trayecto de ida y vuelta al gimnasio. Una distancia que no supera los 15 kilómetros. Conviene tener en cuenta algunos supuestos para valorar la parte de razón que le asiste en los distintos eventos que le han acaecido en tal corto trayecto.
- A) Se trata de una vía peri urbana de largas avenidas, con bastantes rotondas y glorietas. Velocidad señalada 50Km/h.
- B) El Náufrago no es un loco del asfalto ni un as del volante, un conductor medio que a veces también mete la pata
- C) Hoy, por razones especiales, que no hace el caso subrayar, circulaba a una velocidad moderada
Dadas estas circunstancias, uno siente alivio y se frota los ojos cuando alguien hace ademán de excusarse por haber metido la pata o cede el paso para que entres en el garaje dado que los vehículos van en fila india y están casi parados, taponando la entrada. En todos esos casos el Náufrago no cabe en sí de admiración, se siente sorprendido y no da crédito a lo que ven sus ojos. Duda si está en este país o es que directamente está camino del Paraíso del conductor.
Comentarios
Estamos tan acostumbrados a los malos modales que lo que debería ser normal se convierte en excepción.
Bicos
¿Sería el Náufrago tan amable de borrarlo?
Yo creo que a la gente le gusta que la traten como niños de escuela. Necesitan que les pongan multas (los pongan en penitencia) para portarse bien. Además no toman conciencia de que las reglamentaciones de tránsito están hechas para salvarles la vida, no para molestarlos. Eso se llama ignorancia. Yo también meto la pata, pero intento no hacerlo.
He estado en países adonde te llama la atención llegar a una cebra y que un auto pare, que haya carteles de PARE en las cuatro esquinas y que vayan doblando o cruzando POR ORDEN DE LLEGADA, etc.
Aquí tendríamos que hacer una canción parecida a la que pusiste, pero con ritmo tanguero o de candombe.