El vuelo de los buitres
EMILIO Y LOS MEDIOS
Quizá la reflexión náutica de hoy sea poner la venda antes de que se produzca la herida, aunque hay rumores de que ya se ha intentado. El ‘mazazo’ de Emilio no deja de ser un suculento bocado mediático para que ciertos medios se priven de la tentación de hincarle sus afilados dientes.
Existe la posibilidad de que el barullo de las elecciones y sus secuelas sirva de parapeto para mantenerlos algo alejados de la tentación ‘Emilio’, mientras dura la resaca electoral. No obstante nada se puede garantizar conociendo la codicia con que tratan ciertos asuntos los programas que de una muerte hacen un espectáculo mediático y de una agresión una saga de horror y de odios.
Antes de que tal ‘primicia’ se perpetre contra un gesto, que, dada las circunstancias, más que un gesto es una gesta, no está mal que la familia haya mandado a determinados medios de comunicación un recado, suplicando lo que parece más prudente dado el mundo en que vivimos y el terreno que pisamos. La tranquilidad, el sosiego del interesado y su familia, parecen reclamarlo a gritos. Pero siempre hay oídos sordos, o se hacen, que lo único que buscan es el ruido de las nueces que caen en la cesta de los ‘share’.
La familia ha manifestado claramente que ha procurado dejar patente su absoluto respeto por la justicia, que agradecen "profundamente" las muestras de apoyo de "aquellos que han entendido la prolongada situación que provocó la acción de Emilio". Tras de agradecer el interés de los medios de comunicación por el caso, les han rogado que se abstengan de intentar ponerse en contacto con ellos. Por motivos obvios, no quieren hacer de este suceso más casos ‘Marta’, ‘Neira’. Parece razonable. El silencio de los valientes es mucho más elocuente que lo que pudieran manifestar con sus palabras.
El Náufrago no está muy seguro de que los interesados en hurgar en el dolor y las perplejidades, renuncien a sacar partido de todo lo que de ‘mediático’, léase en euros, tiene el suceso.
Suerte, Emilio. Que tu nombre y tu gesta sólo se mencione cuando esta guerra de odio cese. Si es que hay un día para que esto suceda.
Quizá la reflexión náutica de hoy sea poner la venda antes de que se produzca la herida, aunque hay rumores de que ya se ha intentado. El ‘mazazo’ de Emilio no deja de ser un suculento bocado mediático para que ciertos medios se priven de la tentación de hincarle sus afilados dientes.Existe la posibilidad de que el barullo de las elecciones y sus secuelas sirva de parapeto para mantenerlos algo alejados de la tentación ‘Emilio’, mientras dura la resaca electoral. No obstante nada se puede garantizar conociendo la codicia con que tratan ciertos asuntos los programas que de una muerte hacen un espectáculo mediático y de una agresión una saga de horror y de odios.
Antes de que tal ‘primicia’ se perpetre contra un gesto, que, dada las circunstancias, más que un gesto es una gesta, no está mal que la familia haya mandado a determinados medios de comunicación un recado, suplicando lo que parece más prudente dado el mundo en que vivimos y el terreno que pisamos. La tranquilidad, el sosiego del interesado y su familia, parecen reclamarlo a gritos. Pero siempre hay oídos sordos, o se hacen, que lo único que buscan es el ruido de las nueces que caen en la cesta de los ‘share’.
La familia ha manifestado claramente que ha procurado dejar patente su absoluto respeto por la justicia, que agradecen "profundamente" las muestras de apoyo de "aquellos que han entendido la prolongada situación que provocó la acción de Emilio". Tras de agradecer el interés de los medios de comunicación por el caso, les han rogado que se abstengan de intentar ponerse en contacto con ellos. Por motivos obvios, no quieren hacer de este suceso más casos ‘Marta’, ‘Neira’. Parece razonable. El silencio de los valientes es mucho más elocuente que lo que pudieran manifestar con sus palabras.
El Náufrago no está muy seguro de que los interesados en hurgar en el dolor y las perplejidades, renuncien a sacar partido de todo lo que de ‘mediático’, léase en euros, tiene el suceso.
Suerte, Emilio. Que tu nombre y tu gesta sólo se mencione cuando esta guerra de odio cese. Si es que hay un día para que esto suceda.
Comentarios