De lágrimas y aullidos

FLORIDO PENSIL

Pues ayer después del paseo matutino vi al Náufrago como buscando algo impaciente. Le pregunté y me habló como farfullando no sé de qué lágrimas. Esta palabra en estos tiempos de ciclistas que se arrepienten, tíos que han llevado las carteras a Suiza, y cosas de ésas que tienen mucho morbo. Ya estamos, me dijo, jodidos como para no sacar fruto de cualquier cosa.

Pidió a San Google,  que todo lo resuelve si lo pides  con fe, que le dijera qué era eso de las lágrimas de Santa Soraya, porque eso lo hacen muy  bien las santas y así. Escribió ‘lágrimas Soraya’… y le salían varias referencias con este título: “Letra de Mil lágrimas- Soraya Arnelas- Letra de canción. Abrió y salía una estrofa extraña:

Mil vueltas he dado en la cama
Buscando tu piel, y me duele el corazón
De tantos amores con trampa,
Que se van siempre al alba.

Yo le dije que me parecía que debía de haberse equivocado de ‘lágrimas’. Escogió un título más preciso por las referencias que tenía y añadió a “lágrimas Soraya, Santamaría’ y aparecieron: "Aproximadamente 371.000 resultados’" 

- ¡Coño!, gritó victorioso, esto me huele ya más. Gracias San Google. Lo primero que leyó  fue este titular: “Soraya Sáenz de Santamaría y sus 'lágrimas de cocodrilo' ante los desahucios”. Había una introducción  y después un video. Juntos, él y yo, nos pusimos a ver  las repetidas lágrimas y yo le dí un pañuelo por si acaso, porque el Náufrago es un llorón pero sin lágrimas. Me senté a su lado y ambos esperamos el lagrimeo (lagrimeo todo seguido).

Yo ví a una señora joven y me imaginé que sería la tal Soraya. A su derecha había dos banderas y bien plantadas, la  señora, llevaba rebeca y vestido corriente, ambas manos sobre el atril o lo que sea.  Hablaba suave y pausadamente, en pequeños trozos del discurso, voz con tono amigo, salivando de vez en cuando los labios y dirigiendo la cabeza a la derecha… En la sala había un silencio respetuoso, supongo. Marcaba su discurso con movimientos de cabeza al ir señalando distintos aspectos de su exposición excepto en un momento en que pronunció la frase que más se acercaba a lo que estaban oyendo: “Hay pocas veces en que el Gobierno se pone sentimental, pero yo no lo voy a hacer”  Fue entonces cuando el auditorio sonrió y se rompió aquel  momento tan ‘serio’. Hubo un 'impasse' en que la oradora se hizo más natural porque había cargado el discurso de sentimentalismo.

Hasta allí aguanté yo un poco porque yo necesito discursos para saber como debo volver. Me acomodo a lo que vivo en esta casa y lo haría a lo mejor con más perruna compañía si me hubiera ‘tocado’ uno de esos que habitan en la calle. Los humanos no saben  lo que es una vida dedicada a otros. Pero aquí termina  lo que me había indicado el Náufrago.  Ahora le dejo a él la palabra:

Vale, Douce, creo que lo has hecho muy bien eso que hemos visto los dos  y yo lo subrayo, pero lo que ya me sabe muy ufano  Lo primero que no he visto las ‘lágrimas’ y no he utilizado el pañuelo. Estoy de acuerdo que hubiera preferido un discurso más natural que este tono y el estilo del discurso. De todas las maneras la respuesta hubiera sido parecida. En “Extepaís” hay mucho ‘sabio’ y también mucha ‘malaleche’. Estará un poco fuera de tono lo que se expone pero no sé cómo se debe definir estas respuestas. En aquella misma página leí estas jaculatorias:

El Náufrago  escogió estas perlas y Douce las adornó a pesar suyo