Reflexiones de una perra

ESTE MUNDO ESTÁ MUY MAL HECHO
BY DOUCE

Leona Helmsley- "Trouble"
Desde que empecé a ‘reflexionar’ perrunamente, ver el mundo y conocer a los humanos, me dije para mí: este Dios se había equivocado al dejar que el Austrolopithecus Anamnesis empezara a hacer ‘monadas’ y se fuera haciendo dueño de este mundo con las siguientes consecuencias que todos pagamos. El ‘homo sapiens’ resultó ser un chasco zapatero.

Me parece más interesante la historia del dios indio Nagaicho que creó el mundo. Quiso que el cielo estuviese encima de la tierra, le puso cuatro columnas que los separara. Luego se fue a recorrer el mundo creando a su antojo cosas que sentía que hacían falta para ir cubriendo esos espacios vacíos que formaban parte de aquel mundo. Creó al hombre, creó a la mujer. Los ríos, los animales, especie por especie, los peces…. ¿Y el perro? No necesitó crearlo. El perro ya formaba parte de su entorno, formaba parte de él, ya era su compañero. Si nos hubiera dejado gobernar a nosotros este mundo sería más coherente y canino, no humano. Se equivocó de punta a punta y así salió la cosa.

Me ha venido esta idea a la cabeza al leer ayer que una perra llamada “Trouble” ¡vaya nombre que le puso su dueña!, la excéntrica multimillonaria Leona Helmsley y que le había dejado como herencia nada menos que 18 millones de dólares de los cuales ‘sólo’ pudo recibir 2 millones por decisión de un Juez de Nueva York. Las cifras que sueltan los medios indican hasta que punto llegan algunos de los llamados humanos, en sus disparates:

Según los datos de Carl Lekic, Gerente del Hotel Helmsley de Florida donde vivía Trouble después de la muerte de su excéntrica dueña, podía disponer de 100,000 dólares al año: 8.000 para el aseo, 1.200 para la alimentación y el resto para sus honorarios y un servicio de seguridad a tiempo completo. Al parecer haciendo honor a su nombre Trouble había tenido 20-30 amenazas de muerte y de secuestro.

Si me reafirmo en el concepto que tengo de muchos humanos es que están como ‘cabras’, con el máximo respeto para mis amigos caprinos. Sabrán ellos, me refiero a los homínidos, lo poco que necesitamos nosotros los perros, en esas ‘cosas’ por las que hacen guerras, se matan, se pelean y lo mucho que damos y reclamamos en cariño, no harían tantas tonterías y viviríamos más felices. Pero no hay remedio: “Errare humanum est, perseverare diabolicum; ... (Séneca)

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