La radiografía de la imagen

No es la primera vez que en esta isla se comenta que, a veces, una viñeta periodística vale por mil palabras de un editorial o un artículo. Con la ventaja de que todo el mundo de que todo el mundo puede entenderlo.

Dibujo: RICARDO

No hablaremos del galardonado Vargas Llosa. Hoy los periódicos dedican páginas y páginas al escritor, periodista, actor, académico hispano-peruano. La mayoría coincide que quizá el premio ha tardado en llegarle y algunos se le han adelantado, pero no importa, aún tiene espacio para saborear el premio a toda una vida dedicada a la escritura, a la vida, a los hombres, sin aspavientos.

La viñeta hace alusión a eso tan humano, y por humano español, a la catalogación de las personas que conocemos o conocemos de oídas. Para 'comprenderlo', tarea difícil abarcar al complejo ser humano, le ponemos una etiqueta y así nos 'sosegamos': ya le hemos encasillado, ya le abarcamos.

Por estos pagos, para esta disección, solemos servirnos de lo que tenemos más a mano: se es de derechas o de izquierdas, carcas o progresistas, azules o rojos, buenos o despreciables... Matizar no es lo nuestro, nunca lo ha sido. El marido de la viñeta, con el atuendo conveniente, se desayuna con  la noticia que le da su mujer . Ella le pone al tanto, porque se ve que su marido no debe ser muy letrado. Oye el nombre del galardonado, pero no le suena mucho. Para poder ‘clasificarle’, sin conocerle, echa mano del punto clave de selección: "¿Es de derechas o de izquierdas?"  Necesitaba ese dato, inequívoco, para saber si debía celebrar el desayuno o empezar a soltar anatemas.

¡Qué bello es vivir!