Baño de mar en la piscina

EL PRIMER CHAPUZÓN

Sucedió esta mañana. Era sábado y en la piscina había algunos padres con sus hijos y un grupo de adolescentes con síndrome de Down y sus monitores, disfrutando del agua. Lo primero que le llamó la atención, fue ver a un padre joven que estaba enseñando a su hijo de unos cuatro años. El niño nadaba feliz ayudado por unos brazaletes que hacían de flotadores y que le daban seguridad además de los brazos del padre que le sujetaban. y le dasba instrucciones.

En un momento dado padre e hijo salieron de la piscina. El padre cogió al pequeño y lo lanzó directamente al agua. Al observador le pareció un poco brusca la forma y al niño también. Pero no era de esos que chillan, lloran, patalean y refunfuñan, sino que desde el susto recriminó a su padre el lanzamiento con un: “¡No me tires así!” (Le faltó decir, “no soy ningún saco”), cuando tuvo a su padre enfrente. Supone el observador, que no oyó la repuesta, que el padre trataría de tranquilizarle y explicarle por qué lo había hecho. Sólo se quedó con la firme respuesta del hijo que a sus cuatro años, conocía bien sus deberes y sus ‘derechos’.

El observador quedó sorprendido tanto del lanzamiento del  padre, como la respuesta del niño. Como suele, hizo para sí la reflexión de costumbre. Por supuesto no se trata de aseveraciones sino de simples posibilidades. En premier lugar que el padre parecía muy interesado en enseñar a su hijo a nadar, por otra parte, podría tratarse también de enseñarle a ‘nadar`’ por la vida. Un ‘susto’ explicado, fruto no de una emoción, sino desde la razón, podría indicar, que ya desde pequeños se puede ir acostumbrándolos a sobreponerse a algunos miedos o reticencias y aceptar la respuesta ‘responsable’ del hijo. Esta acción puede suponer un paso gigantesco en la superación de la ‘prueba’ y una seguridad para el mismo.

Caben todas las interpretaciones posibles. El observador eligió ésta. Mientras tanto, los monitores se ocupaban de los jóvenes ‘Down’, les ayudaban luego a ponerse los calcetines a quien lo necesitaba, mientras otro, hablaba de ‘tías buenas” al ver a un tercero con el Marca o cualquier otro periódico.

Comentarios

María ha dicho que…
No sé JULIO,

yo no soy muy partidaria de las cosas a lo bestia la verdad. es verdad que si el crío salió pues perfecto, pero ¿ y si fruto del susto le pilla pánico al agua? supongo que dependerá de cada niño y es verdad que entrenarse para sobreponerse a los sustos es lago más que necesario en este mundo.

Más besos

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