La carta.

DE ROBOS E IMPACIENCIAS

Pensaba esta tarde el Náufrago, cómo se puede ser a la vez impaciente y enormemente paciente para soportar muchas cosas, y no estar loco. Quizá sean vertientes del mismo ser y no son incoherencias. Sean como sean los impulsos o los aguantes, el caso al que se refiere hoy, es a una de esas ‘impaciencias’ que ‘no pueden esperar’ unas horas.

Esta mañana, ojeando la prensa, encontró varias reflexiones que le llamaron la atención, ya fueran de lectores, como de articulistas. Fue la reflexión de un lector que había escrito a una revista, la que produjo su humana impaciencia. Había sido seleccionada por la publicación como la “Carta de la Semana” y su título: EL ROBO.

No se trataba de asaltadores de bancos, ni tampoco de ladrones callejeros. No se refería a hurto de dineros, joyas u objetos de valor. Aunque ‘valores’ eran lo ‘robado’ y mucho más preciosos que las joyas o las monedas. Son valores de otro tipo que al parecer se están depreciando, sin apenas darnos cuenta. No se valoran, porque no cotizan en el mundo que estamos construyendo.

Pero no demos más vueltas a las cosas. Léanlo si les parece, y saquen las consecuencias que deseen. Esta es la carta que tanta ‘urgencia’ produjo en la humana impaciencia de un Náufrago:

lettre
P.D. ¿De verdad creen que la Crisis más severa que nos acosa es la 'económica?

Referencia: Robo

Comentarios

M. L;uz ha dicho que…
Cuando se pierde la educación, es muy fácil perder todo lo demás que de verdad importa: sentido del deber, valor del esfuerzo y del sacrificio, responsabilidad ......
Pues hay varias generaciones que ya están muy mal educadas, con el agravante de que van a descubrir que ya se ha acabado la facilidad de obtener cosas "de inmediato". Vamos, que no están en absoluto preparados para la que se les avecina.

Dice un refrán: "cría cuervos y te sacarán los ojos". Y yo añado: "y tendrás muchos".

La carta me parece de diez, y creo que debería servirnos para reflexionar sobre la nidada que hemos puesto en la vida, por más que no todos lo hayamos hecho igual de mal.
Douce ha dicho que…
La Carta y el comentario coinciden y se complementan.

Hemos ido pasando desde la estrechez, el 'porque yo lo mando', la disciplina severa, a veces insuficientemente razonada, a tenerlo casi todo, a no saber negar nada, a no establecer unas normas razonables y razonadas, a ceder a todos los caprichos, a no saber exigir, a tenerlo todo al alcance de la mano...

Esa 'educación' ha llegado a las aulas, a la facilidad, a la tolerancia, al todo vale, a la falta de esfuerzo y de respeto... Y eso se ha convertido en un esfuerzo titánico para lograr un mínimo de atención,de trabajo y esfuerzo, poder hablar de responsabilidad, de saber valorar lo que están recibiendo. No Hay Ley de Educación que valga, si no encontramos la raíz y las causas del fracaso.

No es de extrañar pues que profesores jóvenes y también veteranos, estén pensando ya en abandonar esas aulas que se han convertido, con frecuencia, en un gallinero ingobernable o muy difícil de mantener en un mínimo ámbito de aprendizaje y estima.

Hay jóvenes responsables trabajadores, joviales y con ganas de seguir aprendiendo. Desgraciadamente hay también un grupo numeroso de egoístas, vacíos,sin más valores que la juerga y otras diversiones, que se creen que todo les es debido.

Hogar, escuela, sociedad, medios de comunicación, preocupación gubernamental son vasos comunicantes... Y los 'niveles' están a la vista, para quien quiera verlos.

¿Ha llegado la hora de hacer de la 'necesidad', virtud? 'La respuesta está en el viento'

Lo dice una perrita, Douce
Campurriana ha dicho que…
Una carta, sin duda, para reflexionar. Sin la valoración del verdadero esfuerzo se pierde la esencia de la vida. Realmente es una lástima que los más jóvenes (no todos) no estén dispuestos a disfrutar de lo que merece la pena al final. Esperemos que las meteduras de pata nos hagan cambiar. Esperemos.
Douce ha dicho que…
Cuando nos olvidamos de nuestra 'paradisíaca' condena: "Ganarás el pan con el sudor de tu frente", no sé si fue un castigo o el sabor de la vida. Disfrutamos de aquello que nos ha costado esfuerzo conseguir

Sé que hay trabajos y trabajos, unos más gratificantes que otros. Pero la raíz no está en el trabajo en sí, sino en los que han convertido el trabajo en una 'explotación' El esfuerzo , nos refuerza, la 'explotación', nos degrada.

(¿Y Por qué se pone voecé tan 'solemne', Don Náufrago?, Douce,becaria y trabajadora,aunque no 'explotada')

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