Capri, c'est fini
EL SUEÑO DE UNA NOCHE DE VERANO
El Náufrago ha disfrutado durante unos días de unas auténticas 'vacaciones', supongo que ustedes también. ¡Casi durante un mes sin ver las caras de los políticos! ¡Qué gozada! Vivir alejado de esas máscaras, dejar de oír las declaraciones desautorizándose e insultándose entre sí. Olvidarse que esos tipos y tipas existen, que en breve volverán a enfrentarse y esto será de nuevo ese guirigay que nos es tan familiar. Pensar que esas sombras vuelvan a cubrir el cielo, dan unas ganas enormes de conservar en la retina las idas y venidas del pulpo Paul, ver sus bailarines brazos abriendo las urnas, recordar aquellos grupos que se amontonaban y se abrazaban después de haber marcado un gol, en un rincón del césped. Ver a un emocionado Casillas besando a su criticada Sara o a Vicente del Bosque mantener el tipo con igual estoicismo como si las hazañas de sus pupilos no fueran con él... Recordar otros besos, otros abrazos, otras alegrías… Eso será lo que guarde de estos días que sintió vivir en otro país.
Ha sido una verdaderas tregua 'Olímpica', como aquellas que celebraban los antiguos griegos para hacer una pausa en sus desavenencias y gozar de las proezas de sus atletas. Eso han sido estas semanas. El Náufrago no volverá a hablar de goles, ni siquiera pensará en esas banderas que tanto se han agitado, sólo guardará el recuerdo de una emoción global que unió a millones de personas...
Tan antiguo y nostálgico como es no volverá a Capri y recordará la vieja canción de Hervé Villard: “Capri, c’est fini”. Todo esto no ha sido más que ‘un sueño de una noche de verano”. Del desfile de hoy y las visitas protocolarias, prefiere no hablar: Habrán tenido victorias a lo largo del campeonato, pero la ‘paliza’ que hoy les han dado, requerirá por lo menos un mes de descanso. Se lo han ganado.
El Náufrago ha disfrutado durante unos días de unas auténticas 'vacaciones', supongo que ustedes también. ¡Casi durante un mes sin ver las caras de los políticos! ¡Qué gozada! Vivir alejado de esas máscaras, dejar de oír las declaraciones desautorizándose e insultándose entre sí. Olvidarse que esos tipos y tipas existen, que en breve volverán a enfrentarse y esto será de nuevo ese guirigay que nos es tan familiar. Pensar que esas sombras vuelvan a cubrir el cielo, dan unas ganas enormes de conservar en la retina las idas y venidas del pulpo Paul, ver sus bailarines brazos abriendo las urnas, recordar aquellos grupos que se amontonaban y se abrazaban después de haber marcado un gol, en un rincón del césped. Ver a un emocionado Casillas besando a su criticada Sara o a Vicente del Bosque mantener el tipo con igual estoicismo como si las hazañas de sus pupilos no fueran con él... Recordar otros besos, otros abrazos, otras alegrías… Eso será lo que guarde de estos días que sintió vivir en otro país.Ha sido una verdaderas tregua 'Olímpica', como aquellas que celebraban los antiguos griegos para hacer una pausa en sus desavenencias y gozar de las proezas de sus atletas. Eso han sido estas semanas. El Náufrago no volverá a hablar de goles, ni siquiera pensará en esas banderas que tanto se han agitado, sólo guardará el recuerdo de una emoción global que unió a millones de personas...
Tan antiguo y nostálgico como es no volverá a Capri y recordará la vieja canción de Hervé Villard: “Capri, c’est fini”. Todo esto no ha sido más que ‘un sueño de una noche de verano”. Del desfile de hoy y las visitas protocolarias, prefiere no hablar: Habrán tenido victorias a lo largo del campeonato, pero la ‘paliza’ que hoy les han dado, requerirá por lo menos un mes de descanso. Se lo han ganado.
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