George Carlin

SIETE PALABRAS MALSONANTES Y ALGUNOS CONSEJOS

Hace unos días, alguien dejó en esta isla una serie de reflexiones de un personaje del que el Náufrago ignoraba que había vivido. Decenas de años conviviendo, él en Nueva York o en Santa Mónica y el Náufrago en Salamanca, Segovia o en Brest, sin que el uno hubiera sabido nada del otro. Por lo menos tener noticia de que existíamos. El Náufrago tenía más oportunidad de saber algo de él porque había escrito monólogos como “Siete Palabras que no se pueden decir en televisión’ (¡Ah! ¿Que quieren saber cuáles?) Luego a lo mejor las damos a conocer. No sólo eso, había actuado en centenares de escenarios, había sido escogido como uno de los 10 comediantes más importantes del país, ocupando el segundo lugar. Había actuado en distintos shows televisivos, había grabado discos, escrito libros y había revuelto más de una buena conciencia de muchos americanos. Pues de ese personaje no conocía ‘nothing de nothing’. Bien mirado, no es ningún delito. Sólo hay un pequeño problema: somos miles de millones de habitantes en este planeta y no vamos a conocer a todos y cada uno.

Pero valía la pena conocer algo de él. Para algunos era un tipo ‘peligroso’, por su humor corrosivo, por poner patas arriba los ‘valores’ americanos', poner a caldo a los políticos, y tener sus más y sus menos con el Dios de la Biblia. Más bien más, que menos. Algunos de estos tipos, que se salen de las normas, son también interesantes, sobre todo porque dicen desde dentro lo que sienten y no tratan de ofender, sino intentar que la gente abra los ojos y luego piense por sí mismos.



El texto y las reflexiones que me enviaron eran más bien piadosos. “Una filosofía para mayores” (sin reparos, por supuesto), Al final hacía diez recomendaciones, perfectamente asumibles…

¡Ah! ¿Que sienten curiosidad por las “Siete Palabras que no se pueden decir en televisión”?. A causa de este texto George Carlin llegó incluso a ser arrestado el 21 de julio de 1972 en el Festival de Verano de Milwaukee, por obscenidades. Finalmente su caso fue desestimado en diciembre. Estas eran sus siete palabras: Shit, Piss, Fuck, Cunt, Cocksucker, Motherfucker, and Tits. Ya que he hablado de ellas, me van a obligar a traducirlas, aunque ya las conocen: Mierda, Meada, Joder, Coño, Soplapollas, Hijo de puta, y Tetas, si mi traducción es correcta.

Pero no era por esto por lo que ha atraído su atención, sino el sentir la libertad de llamar a las cosas por su nombre, no tener pelos en la lengua y, sobre todo, romper tabúes e invitar a la gente a salir de su rutina.

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