Desde el silencio
LOS QUE NO SON PROTAGONISTAS
Esto del Mundial ha puesto “en el candelabro” a un sinfín de personajes, personajillos, cabezazos, árbitros miopes, y ha hecho que millares de banderas, camisetas, gorras, gorros, tatuajes, hayan salido del baúl de los olvidos. En todo, los dichosos ‘medios’, nos hacen ‘excesivos’. Excesos que tienen contados los días, cuando se vayan esfumando, poco a poco, entusiasmos y delirios. Pasada la euforia, la Carbonero se irá de vacaciones y podrá disfrutar más sosegadamente su ‘luna de miel’ y salir de sus ‘casillas’. El 'Pulpo Paul' volverá a su acuario, si es que algún alemán, no lo cuece ‘a la teutona’, la Larissa Riquelme volverá a enfurdarse su generosa camiseta y encajar su móvil en la ‘cartuchera’…
Y empezará el verano, que con tanto partido, tanta vuvuzela, tanto ¡goooooool!, tanto ‘replay’ y tanta tele, no nos hemos enterado bien que ha empezado y hay que sacar la nevera, la sombrilla , la toalla e ir a ‘la playa, calienta el sol'. Algunos, con los otros ‘calores’, no se habían enterado... ¿O sí? Sea como sea, volveremos a la rutina veraniega y se irán diluyendo entre el agua y la arena los dulces sabores deportivos.
Pero, antes de que todo eso suceda, a la espera del END de este ‘Sueño de una noche de verano’, el Náufrago ha encontrado, perdida entre los goles y el jodío pulpo, una noticia que no ocupará los grandes titulares, ni dará lugar a millones de fotos. Hoy, sin saber bien por qué, ha aparecido un nombre en algunos periódicos. Al Náufrago le ha interesado mucho más que esas ‘crónicas’ refritas enviadas desde Durban, Johannesburgo, o cualquiera de esos nombres del hemisferio africano. Álvaro, era el nombre que retuvo su atención.
Quizá poquísimas personas, aparte de Trini, Vicente, otro Vicente y Gema, conocían, querían, mimaban y se ocupaban de Álvaro. Así se llama el hijo menor de Vicente del Bosque. Álvaro padece síndrome de Down, es el ojito derecho de su padre y de toda su familia. Un día de diciembre o por ahí, pidió a su padre que le permitiera cumplir un capricho: poder ir a saludar a sus ídolos, los Casillas, Iniesta, Xavis, Torres, Villa y demás miembros del equipo que entrena su padre. Le pidió, poderles ver y saludar en el vestuario. Su padre, hombre serio y responsable, no accedió al deseo de Álvaro. Sin embargo, a fuerza de insistir, el chico logró arrancar de su padre, que si la Selección hacía un buen papel que mereciera un paseo en autobús por las calles de Madrid para celebrarlo, podría subirse al autobús del triunfo. La promesa era válida tanto si mañana el equipo sale victorioso o no, en su partido contra Holanda. Su sueño será cumplido el lunes próximo, cuando los protagonistas de la ‘gesta’ paseen felices sus triunfos y, entre ellos, radiante y orgulloso de su padre y de sus ídolos, ensoñando y feliz, irá Álvaro.
Su sueño se habrá hecho realidad: ¡Enhorabuena, Álvaro!
Y empezará el verano, que con tanto partido, tanta vuvuzela, tanto ¡goooooool!, tanto ‘replay’ y tanta tele, no nos hemos enterado bien que ha empezado y hay que sacar la nevera, la sombrilla , la toalla e ir a ‘la playa, calienta el sol'. Algunos, con los otros ‘calores’, no se habían enterado... ¿O sí? Sea como sea, volveremos a la rutina veraniega y se irán diluyendo entre el agua y la arena los dulces sabores deportivos.
Pero, antes de que todo eso suceda, a la espera del END de este ‘Sueño de una noche de verano’, el Náufrago ha encontrado, perdida entre los goles y el jodío pulpo, una noticia que no ocupará los grandes titulares, ni dará lugar a millones de fotos. Hoy, sin saber bien por qué, ha aparecido un nombre en algunos periódicos. Al Náufrago le ha interesado mucho más que esas ‘crónicas’ refritas enviadas desde Durban, Johannesburgo, o cualquiera de esos nombres del hemisferio africano. Álvaro, era el nombre que retuvo su atención.
Quizá poquísimas personas, aparte de Trini, Vicente, otro Vicente y Gema, conocían, querían, mimaban y se ocupaban de Álvaro. Así se llama el hijo menor de Vicente del Bosque. Álvaro padece síndrome de Down, es el ojito derecho de su padre y de toda su familia. Un día de diciembre o por ahí, pidió a su padre que le permitiera cumplir un capricho: poder ir a saludar a sus ídolos, los Casillas, Iniesta, Xavis, Torres, Villa y demás miembros del equipo que entrena su padre. Le pidió, poderles ver y saludar en el vestuario. Su padre, hombre serio y responsable, no accedió al deseo de Álvaro. Sin embargo, a fuerza de insistir, el chico logró arrancar de su padre, que si la Selección hacía un buen papel que mereciera un paseo en autobús por las calles de Madrid para celebrarlo, podría subirse al autobús del triunfo. La promesa era válida tanto si mañana el equipo sale victorioso o no, en su partido contra Holanda. Su sueño será cumplido el lunes próximo, cuando los protagonistas de la ‘gesta’ paseen felices sus triunfos y, entre ellos, radiante y orgulloso de su padre y de sus ídolos, ensoñando y feliz, irá Álvaro.
Su sueño se habrá hecho realidad: ¡Enhorabuena, Álvaro!
Comentarios
¡¡Avisa, que ya me has hecho moquear!! ;-)
¡¡Lo importante, siempre será lo importante!!
Pero a veces, somos medio tontos y se nos olvida...
¡¡Que bien me cae este Del bosque y su chaval, claro!!
Ando un poco cansadilla y por eso no he contestado en el blog, pero no podía de dejar de daros las gracias y vuestras preguntas me las hago yo también...¿¿¿Quien sabe a donde vamos???
Lo que está claro, es que ganemos hoy o perdamos, el sol seguirá saliendo cada amanecer y ocultándose con el crepúsculo.
Un beso muuuuy grande para los dos.
¡¡Puestos a pedir, mejor que ganemos, para que todo el mundo sueñe un rato más!! ;-)
¡¡FELIZ DOMINGO!!
Como puedes imaginar no era mi intención afectar tus emociones si no es el momento más adecuado. Hay días, períodos, que estamos más sensibles de lo normal, que ya es bastante, para gente emotiva.
Te agradezco que a pesar de todo eso, hayas tenido la atención de expresar tu opinión y tus sentimientos en torno al asunto que tratabas en tú última entrada.
De momento haremos un paréntesis, ya que que volveremos a la realidad en cuanto pase esta euforia, creo que 'merecida'. No me atrevo a decir si merecemos o no lo que tenemos. Lo que, en mi opinión, sí me atrevo a decir, es que 'disfrutamos' de la 'generación política' más nefasta de la llamada Transición.
Pero no es la hora de llorar. De momento apuraremos esta ola de euforia creada por el balón y que ha elevado el ánimo a tanta gente.
Lo que sí deseo, de verdad, es que recuperes lo más pronto posible tu natural estado de ánimo, sensible, pero positivo.
Besos y guauus desde la isla
4:03 PM