Curiosidades
UNA MAÑANA EN “LONDRES”
Con todas estas notas el Náufrago satisfizo un poco su curiosidad. Como pueden ver no coincide con el diccionario:" averiguar alguien lo que no le concierne”. ¡Qué saben los de la DRAE si le concierne o no al Náufrago estas averiguaciones! (De todos modos le ha salido un poco estilo enciclopedia barata. Hay días)
Quien más quien menos tiene sus curiosidades. Puede que haya también individuos amorfos, pero de ésos no puedo dar cuenta. Digamos que el Náufrago es curioso pero no en el sentido del diccionario “deseo de saber o averiguar alguien lo que no le concierne”. El Náufrago se interesa por algo que le pudiera concernir. Su curiosidad de hoy era saber qué hacían diez cabinas londinenses en una calle de su ciudad. Sentía curiosidad por verlas, sacar algunas fotos y saber por qué habían llegado hasta allí.
Se acercó a la citada calle y, en efecto, allí estaban los diez cajoncitos, cortejados por dos especies de alabarderos vestidos de rojo, tocados con una a modo de chistera, lanza o alabarda en mano. Quizá fuera esto lo que más le había llevado hasta allí. Esos signos tan londinenses y con ellos historias de siglos. Paseose por entre las cabinas, entró en alguna de ellas, saco las fotos de rigor y satisfizo su curiosidad. Se trataba de una original forma de ‘londonizar’ las ciudades que visitaran y promocionar la conocida marca de ginebra que lo patrocina. El reclamo, una llamada gratuita a Londres y una especie de concurso para responder a algunas preguntas sobre la capital londinense cuando los teléfonos sonaran, y los consiguientes premios.
No terminó allí su visita. Tomó nota de la historia de las citadas cabinas, el por qué de los famosos Beefeaters, y el origen de la bebida que adoptó su nombre.
Se acercó a la citada calle y, en efecto, allí estaban los diez cajoncitos, cortejados por dos especies de alabarderos vestidos de rojo, tocados con una a modo de chistera, lanza o alabarda en mano. Quizá fuera esto lo que más le había llevado hasta allí. Esos signos tan londinenses y con ellos historias de siglos. Paseose por entre las cabinas, entró en alguna de ellas, saco las fotos de rigor y satisfizo su curiosidad. Se trataba de una original forma de ‘londonizar’ las ciudades que visitaran y promocionar la conocida marca de ginebra que lo patrocina. El reclamo, una llamada gratuita a Londres y una especie de concurso para responder a algunas preguntas sobre la capital londinense cuando los teléfonos sonaran, y los consiguientes premios.
No terminó allí su visita. Tomó nota de la historia de las citadas cabinas, el por qué de los famosos Beefeaters, y el origen de la bebida que adoptó su nombre.
- LAS CABINAS:
Al parecer las dichas cabinas fueron una creación del arquitecto Sir Giles Scott. Con la instalación, en 1926, de la primera cabina, el paisaje de la ciudad cambió para siempre. Desde su colocación se convirtió en el espacio público más privado de la ciudad. Tras la privatización de British Télécom en 1984 pueden comprarse, algunos las han transformado en duchas, en invernaderos y otros en peceras gigantes… Cosas todas ellas muy 'british'. Las antiguas cabinas, además de guías telefónicas, hoja de instrucciones tenían hasta un espejo para acicalarse.
- LOS BEEFEATER
Este término se originó en 1610, con el significado de un sirviente bien alimentado. Alrededor del año 1700 se comenzó a utilizar para referirse a los guardias tradicionales de la Torre de Londres. El significado es bastante claro ya que es una referencia a un sirviente mimado por su amo, en contraste con un "loaf eater" (un sirviente que come solamente pan. Vamos, un ' zampabollos')
- LA GINEBRA (GIN)
Por conocer ha conocido hasta al fundador de la marca James Burrough y las distintas plantas e ingredientes que utilizan para su destilación: enebro, corteza de naranja, almendra, raíz de lirio, semilla de cilantro, raíz y semilla de angélica, regaliz, corteza de limón.
- Más información:http://bigbadlondon.com/londonize
Comentarios
:)
Quizá nunca sabremos el valor de una palabra amable. No se trata de 'adulaciones', sino de expresar simplemente nuestro parecer, inventar palabras y rematar con una exclamación popular.
El valor de las palabras... ¡Vamos!
:)