Carta a Douce
¡FELIZ CUMPLEAÑOS!
Querida Douce,
Todos los días hablamos, a veces largos y tendidos. Siempre estamos en contacto y nos entendemos muy bien, sin apenas cruzar una palabra, intercambiando sentimientos. Hoy, que es tu ‘cumpleaños’, he querido expresarlo aquí. Me viene bien hacerlo.
Hace ya once años que llegaste a esta casa. Te trajeron los entonces adolescentes, hoy hombrecitos, mujercitas. Te habían escogido a ti, entre los muchos perros que había en aquel sitio que tú sabes. No voy a recordar el primer encuentro, ya lo hemos contado muchas veces. Aquello duró un día. Desde entonces, toda tú has sido un regalo inmenso. Nunca pensé que podría salir de mí tanto cariño como el que tú has provocado. Sí, porque eres un surtidor de emociones, en todos los momentos. Cuando duermes y sigo tu respirar tranquilo, cuando me miras tratando de entender la de cosas que significan esa mirada. Hay veces que desde tu descanso ves que alguno de la casa se acerca, sin cambiar de postura nos saludas con tu rabo. ¡Cuántas cosas quieres decir con tu mirada, con tus orejas, con tu rabo, con tus movimientos nerviosos o en busca de una caricia! ¿Quién ha dicho que los perros no hablan, si sois todo expresión?
No sabes la paz que das con sólo tu presencia, nunca te he visto un mal gesto, una protesta. Eres dócil y al mismo tiempo te sientes libre. Cuando estás embelesada en un olor, o tu instinto te lleva de un sitio o a otro, te haces la longui, pero enseguida vuelves, a veces despacio, remolona, otras si la orden suena más severa, con las orejas gachas como si esperaras una reprimenda. Y entonces me desarmas. Me dejas inerme cuando te veo que bajas la cabeza o te agachas. Me dan ganas de decirte: ¡Levántate! No me gusta verte así porque no haces el mal a conciencia.
Tendría tantas cosas que decirte, necesitaría las palabras exactas y a veces no las encuentro para poder describir las distintas sensaciones que provocas. Las pocas cosas materiales que necesitas, el silencio con que vives las veces que has tenido algún malestar. Nosotros, que tenemos que contar nuestros más mínimos males para que los que nos rodean se interesen por nosotros. Cuando has tenido dolores, severos, no has expresado ni un quejido. No he visto un estado de ánimo más equilibrado que el tuyo.
Esto que te digo no es ni la décima parte de lo que tendría que contarte y nos has dado. Lo dejo aquí, porque tú no necesitas que te halaguen. Te basta una caricia, una mirada, un paseo, para sentirte ‘pagada’, si es que tú fueras así, para que te recompensaran. ¡Feliz cumpleaños, perrita!
Todos los días hablamos, a veces largos y tendidos. Siempre estamos en contacto y nos entendemos muy bien, sin apenas cruzar una palabra, intercambiando sentimientos. Hoy, que es tu ‘cumpleaños’, he querido expresarlo aquí. Me viene bien hacerlo.
Hace ya once años que llegaste a esta casa. Te trajeron los entonces adolescentes, hoy hombrecitos, mujercitas. Te habían escogido a ti, entre los muchos perros que había en aquel sitio que tú sabes. No voy a recordar el primer encuentro, ya lo hemos contado muchas veces. Aquello duró un día. Desde entonces, toda tú has sido un regalo inmenso. Nunca pensé que podría salir de mí tanto cariño como el que tú has provocado. Sí, porque eres un surtidor de emociones, en todos los momentos. Cuando duermes y sigo tu respirar tranquilo, cuando me miras tratando de entender la de cosas que significan esa mirada. Hay veces que desde tu descanso ves que alguno de la casa se acerca, sin cambiar de postura nos saludas con tu rabo. ¡Cuántas cosas quieres decir con tu mirada, con tus orejas, con tu rabo, con tus movimientos nerviosos o en busca de una caricia! ¿Quién ha dicho que los perros no hablan, si sois todo expresión?
No sabes la paz que das con sólo tu presencia, nunca te he visto un mal gesto, una protesta. Eres dócil y al mismo tiempo te sientes libre. Cuando estás embelesada en un olor, o tu instinto te lleva de un sitio o a otro, te haces la longui, pero enseguida vuelves, a veces despacio, remolona, otras si la orden suena más severa, con las orejas gachas como si esperaras una reprimenda. Y entonces me desarmas. Me dejas inerme cuando te veo que bajas la cabeza o te agachas. Me dan ganas de decirte: ¡Levántate! No me gusta verte así porque no haces el mal a conciencia.
Tendría tantas cosas que decirte, necesitaría las palabras exactas y a veces no las encuentro para poder describir las distintas sensaciones que provocas. Las pocas cosas materiales que necesitas, el silencio con que vives las veces que has tenido algún malestar. Nosotros, que tenemos que contar nuestros más mínimos males para que los que nos rodean se interesen por nosotros. Cuando has tenido dolores, severos, no has expresado ni un quejido. No he visto un estado de ánimo más equilibrado que el tuyo.
Esto que te digo no es ni la décima parte de lo que tendría que contarte y nos has dado. Lo dejo aquí, porque tú no necesitas que te halaguen. Te basta una caricia, una mirada, un paseo, para sentirte ‘pagada’, si es que tú fueras así, para que te recompensaran. ¡Feliz cumpleaños, perrita!
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- NOTA AL MARGEN:
Mira, Náufrago o lo que seas, no necesito que me digas nada, lo siento cada día y con eso me basta. Pero si necesitas contarlo, te dejo hacer lo que quieras, porque te viene bien , y eso es para lo que vivo, para hacer felices a quienes me rodean. Mientras tanto, yo vivo mi vida, la que a cada minuto siento. Y me siento muy bien. No sé cómo es vuestra ‘Felicidad’, yo sí siento en qué consiste la mía.
Comentarios
Un beso para tu papá por cuidar de ti y montones de carantoñas.
Yo tampoco me creo que tengo esos años. Felizmente no pienso en los que tengo o los que me faltan. Cada día es para mí un 'nacimiento' y gracias a Dios, me encuentro bien, estoy satisfecha y doy satisfacciones.Vivo la vida ¿Qué más puedo pedir?
Haré lo que me mandas, tú también recibe nuestros besos y nuestros guauus.(Para los dos... para los cuatro:-)
Yo también sé en qué consiste mi felicidad...en el fondo, todos lo sabemos...
Un abrazo desde Compostela, tierra de calor en estos momentos. Mucho calor...
Te enviamos una brisa del Cantabrico. A ver si te llega
Es un honor compartir experiencias con esta adorable pareja à travers l'Atlantique.
Bisous!!!