Tema: Mate
TOMA MATE
En Internet se puede encontrar un sinfín de ventajas junto a algunos inconvenientes, todo depende del uso que cada uno haga. La entrada de hoy intenta mostrar uno de sus aspectos positivos: conocer a gente que vive a miles de kilómetros y te habla de su tierra, de su gente, sus costumbres, sus paisajes, sus gustos y a su vez, te comunica lo que a ellos les sorprende en nuestra manera de vivir. Es un enriquecedor intercambio, una apertura a otros hábitos, a una cultura que por mucho que se parezca a la nuestra, tiene sus caracteres propios.
Recientemente ha llegado a la isla un texto y unas imágenes sobre el rito de lo que representa la toma del mate para argentinos, uruguayos, paraguayos y algunos brasileños. El texto es uno de tantos de los que circulan por la red, más o menos deformados, mutilados, adornados con referencia a distintos autores.
En la pequeña investigación que el Náufrago de esta isla ha realizado cree haber encontrado al verdadero padre. Al parecer está extraído y algo ‘retocado’ de una blognovela puesta en la red por el escritor argentino Hernán Casciari, residente en Barcelona, y que fue escrito a lo largo de ocho meses de 2003, animado por el entusiasmo de miles de lectores. Finalmente se convirtió en una novela que se llamaría “¡Más, respeto, que soy tu madre!”. La narradora es Mirta Bertotti, un ama de casa argentina que debe lidiar con su esposo, su suegro drogadicto y tres hijos adolescentes. Mirta escribe sobre su familia, sobre su vida y también repasa su temor a la vejez, al tedio matrimonial y al descalabro económico’.
El texto original se refiere a uno de los diálogos con Zacarías, su hombre, ‘con quien tuvo muchos días sin besos, pero nunca hubo un solo día sin que ambos se sentaran en silencio a tomar mate'. La presentación que aparece en esta bitácora refleja todo lo que una cultura puede generar en torno al rito de tomar unas yerbas. El Náufrago prefiere el texto algo recortado de la presentación, al del propio libro, demasiado concentrado en dos personajes. Su generalización le da un carácter más amplio que hace, que por unos momentos, el lector quiera experimentar los efectos afectivos y cercanos que produce la yerba que algunos brasileños bautizaron como la ‘erva do mato’.
El Náufrago que nunca lo ha tomado ha disfrutado leyendo este texto. Le gustaría que los visitantes de la isla también degusten los efectos de estas reflexiones sobre el mate.
A su salud.
En Internet se puede encontrar un sinfín de ventajas junto a algunos inconvenientes, todo depende del uso que cada uno haga. La entrada de hoy intenta mostrar uno de sus aspectos positivos: conocer a gente que vive a miles de kilómetros y te habla de su tierra, de su gente, sus costumbres, sus paisajes, sus gustos y a su vez, te comunica lo que a ellos les sorprende en nuestra manera de vivir. Es un enriquecedor intercambio, una apertura a otros hábitos, a una cultura que por mucho que se parezca a la nuestra, tiene sus caracteres propios.
Recientemente ha llegado a la isla un texto y unas imágenes sobre el rito de lo que representa la toma del mate para argentinos, uruguayos, paraguayos y algunos brasileños. El texto es uno de tantos de los que circulan por la red, más o menos deformados, mutilados, adornados con referencia a distintos autores.
En la pequeña investigación que el Náufrago de esta isla ha realizado cree haber encontrado al verdadero padre. Al parecer está extraído y algo ‘retocado’ de una blognovela puesta en la red por el escritor argentino Hernán Casciari, residente en Barcelona, y que fue escrito a lo largo de ocho meses de 2003, animado por el entusiasmo de miles de lectores. Finalmente se convirtió en una novela que se llamaría “¡Más, respeto, que soy tu madre!”. La narradora es Mirta Bertotti, un ama de casa argentina que debe lidiar con su esposo, su suegro drogadicto y tres hijos adolescentes. Mirta escribe sobre su familia, sobre su vida y también repasa su temor a la vejez, al tedio matrimonial y al descalabro económico’.
El texto original se refiere a uno de los diálogos con Zacarías, su hombre, ‘con quien tuvo muchos días sin besos, pero nunca hubo un solo día sin que ambos se sentaran en silencio a tomar mate'. La presentación que aparece en esta bitácora refleja todo lo que una cultura puede generar en torno al rito de tomar unas yerbas. El Náufrago prefiere el texto algo recortado de la presentación, al del propio libro, demasiado concentrado en dos personajes. Su generalización le da un carácter más amplio que hace, que por unos momentos, el lector quiera experimentar los efectos afectivos y cercanos que produce la yerba que algunos brasileños bautizaron como la ‘erva do mato’.
El Náufrago que nunca lo ha tomado ha disfrutado leyendo este texto. Le gustaría que los visitantes de la isla también degusten los efectos de estas reflexiones sobre el mate.
A su salud.
Comentarios
Lástima no tener algún experto o experta con quien compartirlo y nos explicara alguna parte de sus 'secretos'