Mujeres que valen la pena

El Náufrago siempre que ha leído u oído a Maite ‘Pagaza’ ha experimentado una bocanada de paz, a pesar de que respondiera a preguntas  como puñaladas de dolor  clavadas en su interior. Podía sentir dolor, pero no odio. Lo más duro que dijo del asesino de su hermano cuando se vieron cara a cara fue: “Lo tuve delante y me pareció un cobarde y un mentiroso” Hace dos años’ cuando le anunciaron que habían detenido al asesino de su hermano fue:

 “Me piden que escriba una carta al asesino de mi hermano. No me sale. Soy muy pudorosa y detesto el sentimentalismo. Sólo puedo decir que no le odio.Simplemente, siento tristeza al pensar que hay gente que se ha encerrado en una cárcel de odio de la que es muy difícil salir. Y que nos hace sufrir tantísimo

Al enterarme de que el asesino vivía tan cerca de nosotros, se me han removido recuerdos que tenía domesticados, tapados con mucho cemento. Por ejemplo, que me han arrebatado el paraíso de la infancia, porque he tenido que irme del pueblo. Los paisajes, los colores, los olores... Ni siquiera comprar el queso en la tienda de siempre. ”

Hoy viendo la conversación con el reportero que le interrogaba su voz sonaba a paz, a perdón vida y un dolor diluido en el vivir cotidiano y una muy lejana esperanza que terminaran los odios: “Suerte que los humanos no tenemos raíces como los árboles, sino piernas, y podemos descubrir cosas maravillosas en otros lugares”

Comentarios

Campurriana ha dicho que…
Fuerte. Impresionante. Sereno. Yo creo que no sería capaz si me viese en una situación semejante, Náufrago. Demasiado impulsiva si me tocan la fibra...demasiado.

Gracias por compartirlo.
Douce ha dicho que…
Siempre he sentido cercanía admiración, simpatía y una lección de vida las veces que le he leído u oído a Maite.

El contraste de su pensar y sentir con los que llenos de odio quieren imponer sus ideas a los 'diferentes' es tan enorme...Es infinita...

Hay miles de leguas para poder darse la mano.

Buen fin de semana, o lo que quede.
María ha dicho que…
Es cierto que escuchar a esta mujer es un gustazo, y es cierto que sólo las personas como ella nos devuelven la esperanza en le ser humano.

Verás, seguramente porque yo tuve la suerte de tener un padre como ella, soy incapaz de odiar a nadie.

A mi abuelo, le mataron de una paliza los franquistas delante de mi abuela que quedó viuda con mi padre de 3 años y mis tíos de 5 y 6 años. Amén de encarcelar a una tía suya durante más de 8 años, fusilar a su marido y a no se cuantos más de su familia. Bien, jamás, jamás en mi vida escuché decir a mi padre que odiara a nadie y lo terrible es que durante toda su vida vivió al lado de los asesinos de su padre y resto de familia, te digo más, cuando falleció mi padre los hijos de todos ellos, estaban en su entierro. Aun recuerdo que alguien a quien no conocía, ese día se me acercó y me lo dijo.

Sólo se puede ser feliz en esta vida si no se odia, los que no aprender eso, jamás son felices... el resto tenemos la posibilidad al menos de serlo.


Gracias JULIO y perdón por soltarte esto, la estaba escuchando y me lo estaba recordando... en este país hemos sufrido demasiado para que sólo unos pocos hayan aprendido, eso es lo triste.



Muchos besos y muy feliz resto de finde.
Douce ha dicho que…
María,

En estas líneas -sentimientos- que has dejado en esta isla, has descrito una historia/as que no son frecuentes en este país de odios, rencores, enfrentamientos que retratan nuestra historia , aún viva, ‘lamentablilísima’.

Te lo agradezco y creo que te lo agradecerán si algunos lo leen. Este país tiene también sus virtudes pero no hemos sido capaces aún de saber de convivir sin mirarnos con recelo

Hubo una vez en la llamada 'transición' que unos y otros se acercaron porque habían vivido lo que es una guerra fratricida, pero poco a poco lo hemos olvidado y repetido la llamada 'memoria histórica'. No estoy contra si es para satisfacer las injusticias, pero no para encender de nuevo los rencores.

Necesitaríamos muchas Maites y muchos padres como el tuyo. Creo haber leído, no sé dónde esta reflexión Marañón, 'hacen falta tres generaciones para que el piadoso olvido establezca su inexorable gestión’. Tal como está el patio, no estoy tan seguro. No una guerra incivil pero sí de separaciones ‘patrióticas’.

Un montón de gracias por tu confesión que es muy muy aleccionadora. Crear hijos sin rencores... ¿Cuántos lo han hecho en esta tierra, a veces generosa y muchas cainita?

Feliz domingo.
Campurriana ha dicho que…
Yo te lo agradezco, María. También estoy de acuerdo con Náufrago. Y es que también me ha contado historias de esta guerra mi familia...unos primos que cayeron en estas tierras eran de los de este bando y los otros, que vivían en el otro lado de la montaña, pues del bando contrario. Casualidades y nunca ideologías. No se tenía el lujo...

Por este motivo, no se pueden alimentar odios. Por éste y muchos más, claro...

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