CONCHA ‘Yo lo que quiero es bailar’


¡NO TE QUIERES ENTERAR, YE,YE!

Ayer un viejo amigo, invitó al Náufrago a un ‘musical’, si se puede llamar así a un monólogo trufado (¡oh trufado, qué cursi queda!) de cantos, bailes, reflexiones y otros desnudos interiores. Digamos que es un monólogo, donde  ora sentada, ora paseando por el escenario, cantando, bailando, llorando o riendo, contando chistes o anécdotas, venturas y fracasos, desgrana su vida, o más bien la parte artística de su vida. “Yo lo que quiero es bailar”, es le grito que un día Concha Velasco soltó a su madre y ésta, Concha madre, se lo gritó a Pío. Pío, era su padre, un serio y apuesto militar.

De eso iba la obra. Una especie de streaptise anímico, donde la artista pasa por encima la parte 'no artística” de sus  ... X años. Años que ella cita y que el Náufrago no escribe porque no está bien que un hombre pregone la edad de una mujer. El espectáculo se ve bastante bien más de una hora y exceso de relato sobre todo al principio. Sin embargo las casi dos horas que dura el espectáculo se ven muy bien. Son cincuenta años de tablas, cámaras, cantos y bailes para sacar a flote una vida de artista. Quizá esta ‘semi confesión’ le sirva para repasar su vida y sentir que ante todo, ha sido mujer y artista. Pongan los espectadores ambas cosas en el orden que prefieran.

Lo mejor de la tarde  para el amigo y el Náufrago, que se ven de vez en cuando, es que también ellos se hicieran mutuamente su personal “streaptise”, no precisamente de artistas. Surgió antes de que se sentaran en las butacas de la sala. Es cierto que no podrían enseñar las piernas, moverse con elegancia y picardía por el escenario, sacar el bolso como la artista y enseñar, sus estampitas, su peine, la pintura de labios, sus posibles discursos de los Goya o dónde guarda el pañuelo con su body... Pero recordaron bastantes detalles de sus vidas cuando adolescentes representaban otras comedias. No necesitaron cantar, bailar, ni siquiera mostrar las huellas de los años, pero sí recordaron algunas peripecias, algunas hambres y otras perlas.

Hasta terminaron la función, de pie, moviéndose al compás de las palmas cantando aquello de: « ¡No te quieresenterar, YE, YÉ...!


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Comentarios

Campurriana ha dicho que…
Concha es una trabajadora nata. Quizá ha pecado de ser demasiado ingenua en la vida pero yo creo que es una buena mujer y se merece, por ello, toda la felicidad del mundo.
Douce ha dicho que…
Campu,

Hace muy bien contar en vida todas esas cosas que cuentan los demás cuando ya hemos desaparecido, al menos como personas de carne y cuerpo. Pero esas alabanzas ya no las podemos agradecer aunque de alguna forma sigamos 'vivos'.

Concha cuenta su vida como artista, que ya es mucho y poder exponer ante el público "a quien tanto se quiere":-). Todos, de una manera u otra, también somos 'artistas' actuamos en el escenario de la vida y agradecemos cuando el público de la calle, la casa, el trabajo, en las fiestas o en el dolor 'actuamos' bien.

Más o menos, también pedimos: "Mamá, quiero ser 'artista'"

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