Las voces y los días
LOS HIJOS DE LOS DÍAS
De
pronto, sin saber por qué, habló . Estaba deseoso de encontrarse. A su edad, y
no sé conocía. Se intuía, escarbaba en el fondo de sí mismo y tan sólo se entrevía.
Algo, alguien o él mismo amontonó demasiados trastos de los que trataba de desembarazarse. Por
momentos veia la luz y de nuevo se corrían las cortinas de la oscuridad.
Buscaba en todos aquellos lugares donde hablaban los experimentados y preguntarles, pero
no quería imitar sus experiencias, tan sólo trataba de oírlos y después encajar su
discurso en su propio traje. Hay voces que hablan con voz grave, profunda, pero él necesitaba su voz, buscaba su tono que quizá no tuviera esa gravedad, ni el mismo
matiz.
Estaba escamado de tanto catecismos y recetarios. Se necesitaba a sí mismo.
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