Un mundo de predicadores

EL QUE NO OYE CONSEJO

NO LLEGA A VIEJO.....

En mis trece años de convivencia con los seres que se dicen ‘humanos’ no he logrado entender qué entiendan por la Vida. Yo no trato de entenderlos ‘intelectualmente’, dejaría  de ser quien soy. Yo no soy un ser pensante, soy un ser ‘viviente’ que no vive de teorías, filosofías y mucho menos de ‘remedios sabiondos’. El Náufrago tiene las paredes semi llenas de libros, de panfletos, poemas, historias, cuentos, volúmenes que hacen sitio y mil otros apretados, colocados en distintas posiciones. El que adornen, no quiere decir que los haya leído, son muchos los que empezó curioso y luego se disolvieron en cuanto terminó la curiosidad, algo frecuente

Pero no quiero hablar de eso, porque no me interesa. Yo no tengo libros, ni cuadernos, ni pluma con que escribir. Carezco de lecho propio, no poseo nada, ni siquiera  los cuencos donde como y bebo, y sin embargo no me falta nada. No tengo pasado, ni miro al futuro. Me dicen que mi máquina empieza a fallar un poco… pero sigo siendo la misma. Yo Soy. Ni siquiera pienso si vivo, porque si me detuviera  a ‘pensarlo’ perdería el instante que es lo único que es mío donde Soy yo.

DOUCE, bebente y viviente

Sin embargo, veo al Náufrago más ‘pensando’ que viviendo. Y hay que ver lo que le venden los unos  y los otros: hay predicadores que venden sus religiones, políticos que tratan de insuflar sus ideas como únicas, escritores que promulgan sus dudas o verdades, mercaderes que le venden los más extraños productos a buen precio, científicos que tratan de explicar las leyes que conforman el universo mundo y otros posibles, los creyentes y los incrédulos, los que presentan a diario lo que llaman  'novedades' y nada nuevo dicen  de lo que son las verdaderas realidades… Y si siguiera, como perra, sólo podría decir: ¡Vivan todas las cosas que a mí no me importan, porque no las necesito! “Yo soy la que Soy” ¿Les vale?