Si quieren hacer una visita virtual desde el sillón de su casa, si desean dejarse empapar por una ciudad que ‘enhechiza y enamora’, no hay más que entrar en la ciudad por el
Puente Romano, ver sin prisa el puente, el río y las casas que le circundan, subir luego hacia el
Convento de San Esteban, recorrer despacio su Claustro, dirigirse después hacia la
Plaza de Anaya, ver sus jardines, la
Catedral Nueva y allá a la izquierda, la calle de la Rúa y la altivez de las torres de la
Clerecía, la Casa de las Conchas, para luego entrar en esa
Plaza de oro y cielo, sólo para usted, en la serenidad de la noche, recorrer uno a uno sus medallones, y sin prisa, sin ruidos, usted y la ciudad, cara a cara, para pasearse al amanecer después por la ciudad despierta, ‘llame
AQUÍ’ y disfrute. Seguro que sentirá el hechizo de querer volver a ella todas las veces que quiera y disfrutar de la apacibilidad de su vivienda.
Comentarios
Sabes que me encanta tu ciudd, una de ellas...
Sabes que es una ciudad cosmopolita y acogedora, más aún quizá que algunos de sus habitantes, que en general es gente sencilla.
A todos acoge, sin excepciones, porque es algo que no pertenece sólo a sus ciudadanos es de todos los que quieran 'disfrutar de la apacibilidad de su vivienda'.
Os esperará siempre.