Publicidad, humor, sentimientos


Una de las funciones de la publicidad de quien más quien menos, todos nos ‘alimentamos’ o nos alimentan es crear ‘necesidades’ para  hacernos dependientes del mundo del consumo en el que vivimos. Para ello este mundo ‘maravilloso’ de la imagen, la música y la palabra, analiza minuciosamente los puntos sensibles de sus ‘presas’ para ponerles el anzuelo más adecuado, desde el ‘arte’ más sutil.

 Los puntos sensibles son muchos y variados, una vez es el sexo, otras la ternura, se interesan  por los que sienten la necesidad de sentirse poderoso, tratan de saciar la avaricia del avaro, ofrecer  los medios más adecuados para quien vive de y para su belleza. Lo importante es ‘crear la necesidad’ de aquello por lo que suspiramos y pensamos que nos harán felices. Lo difícil es descubrir en qué consiste la ‘Felicidad’ nombre tan buscado pero tan  polisémico…

Reflexiones aparte la publicidad que hoy  llamó la atención del Náufrago de esta isla fue  un paisaje, unos personajes conocidos, un clima,  donde se asocian los sentimientos más sensibles: amor, ternura, amistad, humor del tierno, con la incitación a algo que aparentemente contrasta con cosas tan cotidianas como: salchichón, jamón, mortadela, bacon,  pechugas, pavo asado, salchichas y otras ‘delicias’ gastronómicas.
 
Asociar ambas  cosas no deja de ser ‘atrevido’, pero  por eso precisamente logra su fin fundamental: “llamar la atención”, tratan de seducir a los ‘deseadores’, después de haberlos puestos tiernos por un elemento que no abunda para anunciar  estos ‘anzuelos publicitarios’: simpatía, ternura, reencuentros, ‘perdones’, y humor del bueno.

 

***
P.D. Después de estas reflexiones, el Náufrago abrió un libro que tenía arrumbado y leyó lo siguiente. Estuvo dispuesto a borrar todo lo que había escrito, pero no. Lo que había expresado,  era su ‘sentimiento real’:

- “Creéis que gozáis de libre albedrío pero el día menos pensado reconoceréis mi producto en la sección de un supermercado y lo compraréis, así, sólo para probarlo, creedme, conozco mi trabajo”

- “¿Qué le voy a hacer si la humanidad ha decidido reemplazar a Dios  (los dioses) por producto de gran consumo?

- “Los anunciantes quieren premarcado, con protecciones, no quieren que vuestro cerebro funcione, quieren convertiros en borregos, no bromeo, ya veréis como un día os tatúan un código de barras  en la muñeca… Tienen que convertir vuestros ‘actos gratuitos’ en actos de consumo”

- “El marketing es una perversión de la democracia: es la orquesta que manda  sobre el director”

- “Nuestro sonámbulo embobamiento… El aislamiento de las personas. La fealdad universal anestesiada…No, no se trata de una reunión cualquiera. Es el fin del mundo en marcha…”

Si les interesa, pueden leer  este libro:
”13’99 euros” Autor: Frédéric Beigbeder” 2001

Comentarios

Campurriana ha dicho que…
Hasta Martes y Trece se abrazan...
Me ha gustado, Náufrago. A pesar de los salchichones y las teorías marketinianas.

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