Mirando al mar

 REFLEXIONES DE DOUCE

Soñando el mar
La costa, además de ser costa como su propio nombre indica, es un sitio curioso para pasear. Por ejemplo puedes encontrar a un señor que toca la gaita como si saludara al mar. Yo pasé por su lado pero no me hizo caso y siguió soplando y yo seguí caminando por el sendero y aledaños. El Náufrago siguió un rato escuchando, decía que le gustaba que el gaitero cantara al mar. Seguimos caminando y vimos a unos señores haciendo ensayos fotográficos o vaya usted a saber qué es lo que pretendían. Había una pareja joven de espaldas al mar, un fotógrafo con su cámara buscando el mejor encuadre y un 'ayudante' o lo que sea, que sostenía una gran pantalla que dirigía a la pareja en cuestión. Mientras hacían la foto nosotros veíamos una pantalla negro, pero cuando terminaron las tomas vi que tenía el haz como plateado que servía para reflectar a los fotografiados. El día menos pensado me veo al Náufrago con un artefacto de ésos para fotografiarme a mí.

Seguimos unos metros más adelante y nos encontramos con tres chicas que al parecer hacían el recorrido, pero en sentido inverso. Me incorporé al grupito, hasta que mi papá se dio cuenta y me llamó para que regresara. Yo creo que es mejor pasear con gente que pasea, que un pelma que cada dos metros se pone a sacar fotos. Por fin llegamos a un bar con terraza, pero no podíamos sentarnos. Él lo achaca a mi condición perruna, pero yo más bien pienso que son otras las razones y no digo cuales.

Lo malo del asunto es que la terraza era nuestro punto de destino. Volvimos al coche y yo, resignada y dócilmente, ocupé mi sitio y me despedí del mar hasta que a él se le antoje. Es duro pero también estupendo eso de ser can de compañía… y algo más.

Comentarios

Campurriana ha dicho que…
¡Qué envidia de paseo!

¿Sabéis?. Estuvimos a punto de elegir Santander como destino próximo. Después pensamos en la lluvia...dejaremos que regrese la primavera para visitar esos lugares que tantas ganas tengo de visitar...

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