Douce y Pusuke

 A PUSUKE, MI AMIGO

Pusuke. (Foto: Reuters)

Hoy me he enterado que ha fallecido Pusuke, un perro japonés. Según los entendidos, porque yo no soy experta en razas caninas, es el resultado del cruce de ‘shiba inu’, una raza autóctona del Japón. He oído que ha recibido medallas de los humanos por ser el más viejo del mundo con sus 26 años. A mí, como perra, lo que menos me interesa son esos premios. Me han interesado otras cosas de "Pu". Por ejemplo me interesa que se haya muerto en su casa y tuvo la delicadeza de cerrar dulcemente sus ojos después de que su dueña, llegara a su domicilio tras hacer unos recados. Eso para mí es una exquisitez canina y japonesa.

Yumiko y Pusuke

Así lo cuenta Yumiko, su dueña, que lo recogió de pequeño para que no lo sacrificaran: “Creo que esperó hasta que llegué”, dice Yumiko y muy ‘niponamente’ quiso recalcar y agradecer los buenos recuerdos que han vivido juntos, ya que au amigo nació en casa de unos familiares de Shinohara cuando ella tenía 16 años. Eso sí me interesa y me emociona cuando cuenta  que hace tres años, con sus veintitrés abriles a cuestas sufrió un accidente de coche que le fracturó la pelvis. Superó valientemente múltiples y complicadas operaciones y pudo  volver  a caminar normalmente.

Lo que pongan los humanos en los libros sobre sus ‘récords Guinness’ me importan un pito, pero sí me gusta saber que seguía comiendo con buen apetito y que realizó su paseo diario el día anterior, aunque el lunes por la mañana se negó a comer de manera repentina y empezó a mostrar dificultades para respirar…

Como perra no aspiro a ningún record, sólo desearía no molestar mucho en casa y cerrar los ojos apaciblemente como he vivido. Siempre he pensado en dar todo mi cariño y no dar ningún problema a los que me rodean.

Quiero ser un poco como tú, “PU”, como te llamaba tu dueña. Espérame y juntos pasaremos muchos tiempos juntos y felices.