EL REY ESTÁ DESNUDO…

 …Y NO LO VE. O NO QUIERE VERLO

Viñeta: GALLEGO Y REY

Hablar de Zapatero a estas alturas de la comedia o la tragedia puede parecer inútil, por repetido. Pero es que no se trata de hablar  de ese señor, se trata de hablar de España (¡Qué raro suena esa palabra y quizá con razón!) Ya todo el mundo decimos “Estepaís”, que queda más  políticamente correcto y es que de verdad hace ya tiempo que España no existe. Vivimos esa entelequia.

Hablemos pues de Zapatero y de “Estepaís” que se dan la mano. Uno está deshaciendo al otro y el otro le estás devolviendo la moneda: “Cuando alguien se niega a darse cuenta de que está moribundo, metafóricamente hablando, en todo caso y de continuo, llueve sobre mojado. Si alguien ha perdido las primarias del Gobierno de la Comunidad de Madrid, ha sido Zapatero,” voceaba hoy Antonio Gala desde su "tronera". Pero lo malo no es que se quede el del talante con el culo al aire, tal como lo dibujan en su viñeta Gallego y Rey: “ZP en cueros”. Sólo le ha quedado la ‘chupa’ de Trini. No sé sabe si está que trina, porque no deja de estirar sus carrillos y ‘circunflejar’ sus cejas.

Viñeta: RICARDO

Que el antropológico y empedernido optimista haya prolongado su visión Alicia vendiendo su primogenitura política por un plato de lentejas a los dispuestos siempre a sacar tajada, no impide que “Estepaís” se siga yendo al carajo. Ya pueden las Merkel, los Sarkozsy ponerle y corregirle  los deberes, como al último de la clase. A estos ‘maestros’ no les interesa la suerte del alumno, lo que les mueve es  no ser ellos mismos subsumidos en este mar de los Mercados y el FMI que sigue mostrando sus olas que todo lo arrasan. No hay derecho a prolongar durante meses y meses esta lenta agonía a la espera de que otros tiren del carro o que los terroristas sin esperanzas, le echen una mano para seguir su ‘liberación’ por otros caminos.

El agua le llega más arriba del cuello. No sabe navegar y está esperando alguna zodiac que le saque a flote. Pero a pesar de tantos pesares, y para que todo esto no parezca tan negro, el Náufrago ‘admira’ este amarrarse a cualquier boya de salvación, a la espera de que escampe. Otros, menos soñadores, menos iluminados, a estas alturas ya se habría caído del burro. Él, no; él cabalga sobre  corcel alado, por encima de las nubes por negras que sean, por encima de las realidades, por tozudas que se presenten.

…Y nosotros, mirando al cielo y lamentándonos: ¡Ay, de los náufragos!