Pesadez, pesadilla ... y el HUMOR

Pues tienen razón los que aún aguanten mis tostones y no se salten directamente estas líneas al ver de que se trata. Creo que, si en lugar de 'escritor' de esta bitácora, fuera un lector que ha caído en esta entrada, haría lo mismo, pasar página. Bastante tenemos que aguantar para que venga otro pelma y nos suelte la misma monserga.

La pequeña ventaja del que escribe es que echa fuera de sí algo que le preocupa y le atosiga . Siento no poder ofrecerles por el momento algo mas halagüeño. Les recomiendo, si es que quieren evadirse un poco y esbozar una sonrisa que visiten en el blog de mi amigo Enrique Gallud Jardiel que no les defraudará. Por cierto, en su entrada de hoy se ha convertido en Gran Chef bajo el modesto nombre de : Henri Gallard Jardel, más conocido como Henri de la Truite. Estoy seguro que agradecerán mi consejo y se convertirán en adicto a sus Humoradas.

Tanto es así, y tan poderosa su influencia en mi ánimo volátil que voy a cortar aquí el sermón que pensaba endosarme . Así que me voy derecho a la cocina, a ver qué tal me quedan 'Los profiteroles con tomate'. El humor salvará al mundo o no lo salvará nadie. ¡Hale!

Gracias, Enrique, porque de paso me has ahorrado una reflexión plúmbea.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Hace mucho que no paso por ahí. Cada día estoy más cybervaga.
Pero si tú lo recomiendas tan encarecidamente, no habrá más remedio que darse un voltio.
Enrique Gallud Jardiel ha dicho que…
De nada, Julio queridísimo (en el buen sentido de la palabra). Confío en que otro día harás tú lo mismo por mí y espero que los lectores no se den cuenta de cómo les tomamos el pelo.
Anónimo ha dicho que…
Hola, Enrique, ¿Cuál es el 'mal' sentido de la palabra 'queridísimo', por si alguien me lo aplica?:-) Conviene estar al tanto.

Ya sabes que aquí estoy para echarte una mano si está a mi alcance. Pero a nuestros lectores les tratamos con humor, sobre todo tú. Yo soy algo más soso. Cada uno tiene sus virtudes y encantos.

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