De nuevo, el Infierno

No me parece, que en los tiempos que corren, cuando miles y millones de seres humanos se mueren de hambre, de miseria, en guerras sin sentido, surgidas muchas de ellas del fanatismo religioso, que el mensaje más conveniente sea sacar a relucir de nuevo el miedo, la amenaza de un castigo eterno para los ‘malos’, como ha hecho Benedicto XVI.

Nunca he entendido la religión del miedo y la amenaza , ni creo que contribuya a una mejor conducta de los hombres , si es lo que se pretende. Una humanidad adoctrinada por el miedo produce más desastres psicológicos que vidas abiertas a la vida, a la solidaridad y al amor de verdad.

Nunca he entendido a un Dios Juez, Vengador, ni a los que se sirven y han servido de él para ‘someter’ a los hombres ,por mucho que prediquen luego no sé qué Amor tan extraño que castiga de esa forma. Yo, que no soy Dios, ni mucho menos, sería incapaz de castigar de esa manera a un ser humano por mucho mal que hubiera hecho o me hubiera hecho.
Sé lo que es un amor humano y la capacidad que tiene para perdonar los errores de aquel a quien ama... ¿Cómo voy a concebir un Amor Infinito capaz de odiar o castigar eternamente?

Prefiero recordar aquellos viejos versos que aprendí de pequeño:

No me mueve, mi Dios, para quererte
el cielo que me tienes prometido,
ni me mueve el infierno tan temido
para dejar por eso de ofenderte.

... No me tienes que dar porque te quiera,
pues aunque lo que espero no esperara,
lo mismo que te quiero te quisiera