Adioses y despedidas
De pronto, en poco tiempo, se me ha llenado
la casa de adioses y despedidas.
¡Qué extrañas palabras éstas!
¿Des-pedir es rogar licencia para marcharse?
¿Es desprenderse un poco, mucho, cuánto, todo?
No he sabido nunca despedirme
y ahora me dicen que debo irme.
Debo, dicen, despedirme de dos
tercios de mi vida
y no sé hacerlo,
no quiero hacerlo.
Sé que aunque diga adiós
no me marcharé del todo
porque no sé irme de mí.
¿Cómo marcharme si me dejo
a mí mismo
donde dicen que me vaya?
Hoy he estrenado mi primer adiós
y he sido torpe,
no he sabido hacerlo,
siempre dejo parte de mí
de allí de donde me marcho.
Quizá este adiós sea sólo un ensayo,
hay despedidas más sangrantes
a la espera del adiós definitivo
para el que nunca se acierta
a prepararse.
la casa de adioses y despedidas.
¡Qué extrañas palabras éstas!
¿Des-pedir es rogar licencia para marcharse?
¿Es desprenderse un poco, mucho, cuánto, todo?
No he sabido nunca despedirme
y ahora me dicen que debo irme.
Debo, dicen, despedirme de dos
tercios de mi vida
y no sé hacerlo,
no quiero hacerlo.
Sé que aunque diga adiós
no me marcharé del todo
porque no sé irme de mí.
¿Cómo marcharme si me dejo
a mí mismo
donde dicen que me vaya?
Hoy he estrenado mi primer adiós
y he sido torpe,
no he sabido hacerlo,
siempre dejo parte de mí
de allí de donde me marcho.
Quizá este adiós sea sólo un ensayo,
hay despedidas más sangrantes
a la espera del adiós definitivo
para el que nunca se acierta
a prepararse.
Comentarios
La vida y sus calendarios.
Bicos