Marcial, eres el más grande

- Qué estás leyendo?

- Vaya , Douce, ¿Ya has despertado de la siesta? ¿Desde cuándo te interesas por mis lecturas?

- Pues desde que veo las ocurrencias que cuentas en tu blog y te metes en camisa de once varas.

- No creo que me haya metido yo en una camisa como ésa de la que hablas. Pero bueno, dejémoslo y contesto a tu pregunta.

- Pues mira estaba leyendo un libro que fue escrito hace casi dos siglos y que me parece completamente ‘moderno’, por su actualidad, su frescura y porque cambiando algunos nombres propios denuncia las mismas estupideces, afectos, virtudes y defectos de nuestra época: la hipocresía, la vanidad, la prepotencia, las miserias y las grandezas de la condición humana. Además dice cosas que estoy seguro de que a ti te gustarían.

- ¿Y quién es ese autor que tanto te sorprende?

- Pues mira, por si te interesa, se llamaba Marco Valerio Marcial, más conocido por Marcial, a secas. Había nacido en Bilbilis, que ahora llaman Calatayud, donde vivió una mujer que se llamaba Dolores . Un día que iba yo hacia el Talarn para hacer la mili ,se nos ocurrió preguntar desde el tren por la tal señora y casi nos corren a gorrazos.

- Un poco gamberretes , de poca gracia, me parecéis tú y tus amigos reclutas

- Quizá tengas razón, pero hablábamos de Marcial que fue escritor y poeta , bebedor, juerguista, alabador de algún César y poco simpático para otros. Lo mismo adulaba a César o hablaba bien de sus amigas y amigos, que ponía a caer de un burro, a algunos de sus colegas, a señoritas casquivanas, a individuos de conducta dudosa dedicándoles algunos de su epigramas.

- ¿Me puedes hablar en castellano para que te entienda?

- Mira , Douce , un epigrama, en principio, era una ‘inscripción’ escrita sobre una piedra, o sobre un objeto y luego pasó a ser un escrito breve de carácter, normalmente , jocoso, festivo o satírico.

- ¿Y ese Marcial , se ganaba la vida escribiendo cosas de ésas.?

- Bueno, fue durante bastante tiempo su modo de vivir , ganarse a algunos amigos y muchos más enemigos, luego se retiró a su pueblo que era en el fondo lo que le gustaba.

- ¿Y por qué dices que lo que él escribía me iba a gustar a mí?

- No he querido decir exactamente eso. He dicho que estaba leyendo uno de esos epigramas que te gustaría a ti. El resto quizá a ti no te interese tanto.

- Pues venga, cuéntame lo que puede interesarme a mí. Lo demás lo dejo para tu regocijo personal.

- Vale, curiosa. Está dedicado a la perrita de su amigo Publio que se llamaba Isa (la perra). Y creo que perfectamente , dos mil años después, podríamos ser tú y yo.

- Yo, Isa ¿no?

- Sí, claro , graciosa: Tú, Isa y yo Publio... y no me preguntes quién era Publio porque si no nos quedamos sin epigrama. Así que empiezo. Escucha y luego di lo que te apetezca:

"La perrita Isa
Isa es más picaruela que el gorrión de Catulo.
Isa es más pura que el beso de una paloma.
Isa es más cariñosa que todas las niñas.
Isa es más preciosa que las perlas de la India.
Isa es la perrita de Publio, sus delicias.

Si se queja, creerás que habla.
Siente la tristeza y el gozo.
Apoyada sobre su cuello, se recuesta y coge el sueño,
de suerte que no se la oye ni respirar.
Y, obligada por la necesidad del vientre,
jamás ha ensuciado ni con una gota un cobertor,
sino que llama la atención delicadamente con su patita
y avisa que la bajen del diván y pide que la suban.

Hay tanto pudor en esta casta perrita,
que no conoce a Venus y no hemos encontrado
un marido digno de tan delicada doncella.
Para que el día supremo no se la robe del todo,
Publio la ha retratado pintada en una tabla:
en ella verás una Isa tan semejante,
que ni ella misma es tan parecida a sí misma.

En una palabra: si pones a Isa junto a su retrato,
ora pensarás que las dos son la de verdad,
ora pensarás que las dos son su retrato."

-Pues la verdad es que tiene razón en casi todo. Como Isa, me temo que yo también me voy a morir de casta y de sencilla. (Me olía que por algo tenía ganas de endosarme el epigrama) Y ... "¿Quién era Publio"? ( No lo sabe:-)