La 'importancia' de llamarse Elvira...


... O EL PRECIO DE SEGUIR  SIENDO UNO MISMO

El precio de una 'victoria' 
Saturado está el Náufrago después de la ‘borrachera’ electoral: los interminables meses de preparación, mítines, debates, apariciones de viejos fantasmas, las posibles  sorpresas que nunca aparecieron y por fin el día de la eclosión y los recuentos, viendo aflorar los ‘brotes verdes’ de viejos partidos y el triste otoño de antiguas primaveras.

El Náufrago apenas miró la noche del 20-N los continuos cambios de pantalla de los que en casa alternaban partidos de fútbol, series o apariciones de ganadores y amargos resignados. De entre todas esas ‘apariciones’ le sorprendió el momento en que el ‘ganador’ celebraba una costosa ‘victoria’. Pero ni eso le emocionó porque sabe los minutos que duran esos ‘triunfos’, ni gritos, ni banderas, ni entusiasmos agridulces le sorprendieron. Sabía que esas ‘fiestas’ apenas duran unos minutos de triste gloria

Sí hubo algo que le llamó la atención. Al lado derecho del ‘vencedor’, rodeado de mujeres sonrientes, sólo a  una se esforzaba por esbozar  una sonrisa que apenas duraba segundos como si participara más de un duelo que de un fasto. Luego el Náufrago supo que ese rostro entre la preocupación y el esfuerzo por sonreír,  era la mujer del ‘victorioso’.

Supo que su nombre era Elvira, ‘Viri’ para los amigos, sencilla, discreta hasta la invisibilidad, celosa de su intimidad, nada amiga de las apariciones multitudinarias… Lo que pasara en aquellos momentos por su mente, mientras oía las glorias pasajeras de las felicitaciones y los aplausos a su marido, tenían más de preocupación que de celebración. ¿Pensaba quizá en lo  que esperaba al que entonces vitoreaban y dentro de unos meses le confiara que sabía que sería duro, pero no tanto…?  O tal vez, pensando en sí misma, imaginaba lo que significaría dejar su casa, llevar a sus hijos a una mansión grande y fría, perder la satisfacción del anonimato y empezar a verse rodeada de ‘asesores’ de todas las clases que le indicarían lo caro que cuesta pertenecer a ‘otros’, por más esfuerzos que quieras tratar de seguir siendo tú misma.

Sonrisa y sonrisas



También para estos compromisos hay que estar preparado y no siempre es grato

Comentarios

Goyo ha dicho que…
Cierto, parece que a la mujer de Rajoy no le van nada estos fastos. Bueno, le va a tocar. A la pobre se le va a acabar la discreción.
Douce ha dicho que…
Difícil equilibrio el de ser como cada cual se siente y las conveniencias de los protocolos.Me imagino que tratarán de compaginar carácter con la corrección política.

De todos modos no me gustaría encontrarme en su situación, salvando por supuesto todas las distancias y diferencias.
Campurriana ha dicho que…
No quiero añadir lo que pienso. Esta mujer ya lleva mucho tiempo con cara de amargada...

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