CalleJeando

SAFARI CIUDADANO

 By Douce

En mi ‘perra’ vida con este Náufrago, yo distingo tres tipos de paseo. Tenemos, el ‘gilipaseo’ que es una espacie de ‘meta saca’ o por mejor, decir ‘sale entra’, que no sobrepasan los diez o quince minutos. Estos ‘gilipaseos’ suelen tener lugar cuatro o cinco veces al día, según la meteorología y la voluntad del Náufrago. 

Existen también los ‘paseos paseo’, uno o dos semanales, que normalmente tienen lugar los fines de semana y fiestas de guardar. Estas excursiones pueden tener una o más horas de duración, suelen ser en campo o mar abierto y donde dispongo de toda tipo de libertades. Escuso decir que son los más gratificantes y verdaderamente guays. El tercer tipo de salida podríamos llamarlo ‘híbrido’ o ‘semipaseo’, aunque ninguno de los nombres me satisfacen.

Esta mañana sabatina ha tocado este tipo de ‘hibridez’. Los paseos en cuestión no suelen ser en campo o mar abierto, son ‘civipaseos’, es decir por la ciudad, por jardines y paseos. Durante ellos, yo me dedico a oler calles, aceras, jardines, paseos, atiendo a los pasos de peatones, o ‘patatones’, saludo más o menos amorosamente a otros canes, nos olisqueamos y demás convenciones caninas.

Pasemos a los ‘inconvenientes’ de este tercer tipo de paseo. En estas circunstancias, ni yo soy perro, perro, ni el Náufrago es homínido, homínido, aunque él tira también algo al monte. Esta mañana, que él iba armado de cámara y quería ser ‘cazador de instantes’ yo no siempre le permitía captar el momento… Mal que bien, pudimos ponernos de acuerdo. Yo olisqueaba un momento y algunas veces le dejaba que él disparara a un cartel, una persona, un rótulo, una mirada al mar, a una terraza vacía o plena. Hubo un momento que la circunstancia exigía una decisión difícil de tomar. El Náufrago quería echar una ojeada a una exposición fotográfica, no demasiado interesante, en la que es obvio que yo no sería admitida.

¿Qué hacer? El Náufrago encontró una solución que lo era a medias. Me invitó a subir al coche con el encargo de que lo vigilara. Yo entendí lo de la ojeada pero transigí. Mientras él veía, por supuesto en un santiamén, las fotos, yo aproveché para echar una cabezadita. Todo transcurrió como estaba previsto. Al cuarto ahora o así oí sus pasos, me puse en posición de ‘a punto de marcha’ y emprendimos el regreso a casa.

No hay como una buena entente entre parejas bien avenidas

Calle jeando 

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