El Náufrago, la Meditación y su DMN

MEDITA Y VIVIRÁS
A veces, cuando el Náufrago está saturado de las noticias que escupen los medios, escoge entre todo aquello que no haga alusión a política, economía, chismorreos, sociedad, deportes, vida mundana y similares. Es una manera de liberarse de todo aquello que le aleja de otra realidad, simplemente vivir, o cómo vivir mejor.

Hace un par de días se detuvo en un artículo donde ciencia y vida convergían. Se titulaba: “Medita que algo queda”, e iba acompañado de una imagen de nuestro cerebro donde aparecían dos pequeñas manchas azules que era las se activaban cuando ‘meditamos’. Una vez más debemos recurrir al latín - ¿qué listos lo ‘borraron’ de la escuela? - que nos indica qué significa la palabra: “del latín “meditari” y significa “ejercitarse”, “reflexionar” este término latino viene de una raíz indoeuropea *med -que significa "pensar “, "reflexionar”, también relacionado con ‘medicina’, médico, curar.

Pero no nos extraviemos. Lo que decía el artículo era que: “Aproximadamente el 50% del tiempo que uno está despierto tiene el cerebro distraído, sin centrarse en nada concreto, con ensoñaciones. Podría pensarse que esos momentos son relajantes, pero algunos estudios han demostrado que cuanto más se dispersa el cerebro, menos feliz es la persona.”

El área que funciona en esos momentos ‘vagabundos’, de menos atención, de ansiedad, recibe el nombre de “Red Neuronal por Defecto (DMN Default Mode Network). Como siempre tiene que aparecer una universidad americana que en los tiempos libres se dedican a estas cosas y a fuerza de resonancias magnéticas y unos cuantos ‘cobayas’ que lo que prueban, descubren que la meditación saca de su vagabundeo a la zona ‘perezosa’ DMN.


He aquí el experimento: Se centraron en tres tipos distintos de meditación: la concentración, tipo yoga - basada en la respiración y en las sensaciones que provoca en el cuerpo –; la meditación del amor/amabilidad -que consiste en evocar el sentimiento de deseo hacia alguien y utilizarlo para uno mismo y para sentirse mejor y recurre a la repetición de frases como 'puedo ser feliz' ‘te quiero  mogollón’ etc-, y la de conciencia sin elección -que pide centrar la atención en aquello que pase por la mente, sin tratar de cambiarlo o pensar en otra cosa-. Estos diferentes modos de meditación o concentración mostró un descenso de la actividad en la Red Neuronal por Defecto (DMN), en favor de la Red orientada a las tareas (TPN task positive network).Además, cuando entraba en funcionamiento la DMN se activaban a la vez otras áreas que no entraban en juego en aquellos que no meditaban.

Resultado para los investigadores: "Las personas que meditan durante muchos años desarrollan una nueva red neuronal por defecto en la que hay una mayor conciencia de uno mismo y del presente y menos ensoñación".

Pensándolo bien, estos 'científicos' no han descubierto nada nuevo que no supieran ya los maestros zen, los cartujos y otros 'silenciosos'. No necesitaban tampoco 'resonancias magnéticas' , ni grupos 'cobaya', a no ser que nos olvidáramos de los discípulos. Necesitamos momentos de 'silencio' y vivimos en un mundo de excesivo 'ruido'.

***
COROLARIO de DOUCE:
Náufrago, menos dejar que tu mente ande a su libre albedrío en mil vagabundeos sin objetivo, por tu “DMN” y dedícate a la ‘meditación’, a la reflexión y el ejercicio para hacer funcionar a tu TPN que lo tienes ‘mu’ abandonado. He dicho.

Comentarios

Campurriana ha dicho que…
Está claro: nuestro cerebro no debe de dejar de trabajar nunca. El esfuerzo mental ayuda a ser feliz. Es indispensable ejercitarlo para ser feliz.
Campurriana ha dicho que…
Fe de erratas: no debe dejar de trabajar nunca.
Douce ha dicho que…
Campu,

Creo que nuestro cerebro, o más bien la mente que a veces se pasea por él, otras deriva y se marcha por los cerros de Úbeda, es necesario dominarla y centrarla en aquellos puntos que nos serenan, nos equilibran y nos acercan a ese punto que nos da paz interior, sosiego, serenidad y equilibrio, que es la verdadera vida.

Las distintas 'meditaciones' pueden lograrlo.

Un buen día

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