Douce y la urraca

PARA QUÉ SIRVEN LAS PREGUNTAS

Era ya un poco avanzada la mañana cuando Douce y  Náufrago salieron a dar un mini paseo. El día había amanecido un tanto gris, pero la temperatura era agradable y el personal no había salido aún a la calle, así que perro y amo podían disfrutar entre abedules, plátanos, fresnos, tejos. Douce disfrutaba de la primera sesión del día y rebuscaba entre la hierba y las hojas de los plátanos que casi cubrían el suelo. También habían crecido hongos y setas pero Douce no reparaba en ellos. Ni pisar de gente, ni ruidos de coche rompían la paz de la mañana. Solamente una pareja de urracas, bajaban y subían de los plátanos y de los tejos y algún gorrión despistado iba de sauce en tejo en vuelos cortos.

Douce se fijó en la urraca que en un aleteo elegante despegó del suelo y se encaramó al plátano más alto. Enseguida se unió su pareja y ambas sobrevolaron la carretera y se dirigieron a los  tejados más altos  de las casas de enfrente. En unos segundos habían cubierto los cincuenta o sesenta metros que separaban los árboles de las chimeneas donde se habían encaramado.

- ¿Por qué ‘andan’ esos pájaros por el aire?, preguntó Douce, admirada por la belleza de su cuerpo y de su vuelo, con sus alas abiertas y su larga cola.

El Náufrago no supo qué responder y le soltó la primera tontería que se le ocurrió. A veces, Douce, hace unas preguntas que desarman al Náufrago.

- Vuelan porque tienen alas.
- ¿Y yo podría volar? Me gustaría. Insistió la perra

El Náufrago, poniéndose filosófico y tratando de quitarse de encima problemas tan serios le soltó:

- Mira, Douce la madre Naturaleza es muy sabia, a unos les dota de alas, a otros de un olfato exquisito, a unos les hace ágiles, otros lentos como los caracoles, los hay que son fuertes, otros delicados hermosos… ¡Qué sé yo! Pero sí te puedo decir una cosa. Tú estás hecha muy perra, y eres maravillosa como eres, yo diría que eres perfecta y vives feliz. Si vosotros hicierais como hacemos los humanos, que empezamos a preguntarnos: “¿Y yo por qué no tengo eso que tienen los otros…?” Entonces es cuando empezarías a sentirte infeliz y estarías todo el día preguntando: “¿Y yo por qué no vuelo como las urracas? ¿Y yo por qué no…?

Douce miró al Náufrago un poco asustada por lo serio que se había puesto, y se dijo a sí misma en voz baja:

- “Pues vaya, si sólo era una pregunta. No sé por qué se lo ha tomado tan en serio…”

Comentarios

María ha dicho que…
Pues mira JULIO...

Yo soy muy preguntona, pero mucho, muchísimo... de pequeña debía ser insoportable supongo y como DOUCE también me he preguntado mil veces por qué los humanos no podemos volar, por qué somos tan retorcidos a veces, tan desconfiados, tan bichecos. Por qué no aprendemos a disfrutar más de las cosas, a ver el lado bueno en vez del malo, a sonreír en vez de ir con cara de vinagre por la vida... Ya sabes... esas tonterías que nos preguntamos los tontos :-)

Y como DOUCE, siempre me quedo mirando a las urracas y preguntándome por qué siendo tan bonitas como son... tienen tan malísima fama ¿por qué JULIO? ¿por qué? ¿por qué?:-)




Un besito, sin por qués... porque sí y ya está:))
Campurriana ha dicho que…
La envidia es mala malísima y un castigo en sí misma. Eso lo pensaba yo el otro día cuando una compañera se quejaba de que no era feliz, de que la gente la criticaba...pues porque eres envidiosa, estuve a punto de decirle. Pero me callé.

Douce, no va por ti. Sé que lo tuyo era sólo una pregunta. Lo sé.
Douce ha dicho que…
Verás, María

Hablemos claro. En realidad yo no soy tan preguntona, cosa que no critico a quien lo sea. Tampoco le pregunté al Náufrago ayer por qué yo no podía volar. A veces él me utiliza interpretando cosas o preguntas que él se hace y me las atribuye a mí porque sabe que soy más sensata que él. Es cierto que vi a las urracas. Por cierto, esta mañana, mientras yo olía ellas seguían por allí de picoteo y de vez en cuando se daban un voleo. Yo seguía a lo mismo. No las envidio. Mira. Mientras ellas iban a lo suyo yo me crucé con una señora muy mayor que venía de la compra. Al verme, dejó en el suelo las dos bolsas que llevaba, empezó a acariciarme y yo me dejaba, la buena señora me besaba y disfrutaba y yo también. Me echaba mil piropos y se le iluminaba la cara. Así pasamos unos minutos.

Y ahora dime tú,¿ eso no es algo que no tiene precio, para ella y para mí?. No vuelo, pero tengo un sinfín de amigos. No vuelo y nunca se me ha ocurrido, eso sólo le ocurre a los Náufragos que a veces no saben apreciar lo que tienen y se crean mundos ficticios.

Y otra cosa, me he enterado que “la inteligencia de las urracas habría evolucionado, durante millones de años, por vías muy distintas a las de otros animales que también han pasado esta prueba, como los delfines o los primates”. Pues ya ves, eso y lo elegantes que son, no me producen ninguna envidia y lo que es más importante, nunca se me ha ocurrido que podría tener esto o lo otro. Con lo que tengo de por casa y el cariño que recibo me encuentro superguay.

Con mi cariño, porque sé que me entenderás. Buen día
Douce ha dicho que…
Como sabes Campu, nosotros los perros, no envidiamos a nadie. Somos los seres, como otros animales, que aceptamos como la naturaleza nos ha echado a este mundo. De este modo nos ahorramos horas y horas de pensar en lo que tienen o no nuestros congéneres u otros animales.

Ni siquiera nos gustaría ser humanos. Si de algo disfrutamos es el admitirnos como somos, no nos comemos el coco. Aceptamos lo que tenemos y jamás nos quejamos o sufrimos por lo que nos ‘falte’. Y lo pongo es ‘subjuntivo’ porque nosotros sólo conjugamos un tiempo: el presente de indicativo.

Quizá le vendría bien a tu compañera unas lecciones caninas:-)

Feliz semana
María ha dicho que…
Te entiendo DOUE, desde luego y meeencanta esos mimos que te ha dado ( que os habéis dado esa Sra y tú) yo jamás de los jamases he sentido envidia de la mala...jajaja pero de la buena...¡¡buuufff!! miiles de veces... ¿sabes por qué? porque tengo muchísimo de algo que tú no tienes... por culpa de ella, aun más que por la curiosidad de la que como tú, tengo muchísima soy tan preguntona y además envidio tantísimas cosas... para unas cosas es buenísima... para otras regular y a veces terrible ¿sabes cómo se le llama? ..... ....IMAGINACIÓN :-)

¿Tendrán las urracas imaginación? sinceramente DOUCE... con todo lo malo que tenga, si a mi me quitan la imaginación... me matan la mitad... ¿si tu la probaras me entenderías? JULIO creo que va bien servido...por eso ahora estamos hablando tú y yo :))

Así que si no te importa... yo sigo envidiando a los pájaros... a ti te deseo que te acaricien muchas Sras esta tarde cuando espero que JULIO te de un paseo.... uno gigaaaante... nada de gilipaseos :-)



Muachas caricias DOUCE... le das un besito a JULIO de mi parte ¿ok? ah... mu interesante el libanés de arriba :))



Me voy a comer... le dices que me perdone...que mira que horas:))

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