Una charla con Douce

HABLANDO DE PERROS

- Hola, Náufrago ¿Qué haces? Te veo muy entretenido

- Hola, Douce, no te había visto. Estaba repasando este libro

- Y ¿de qué va?

- Imagínalo…Es un libro sobre perros. Se titula “La dificultad de ser perro”

-Vaya, pues yo no encuentro que ser perro sea difícil, por lo menos por lo que a mí se refiere. No encuentro que mi vida sea problema.

- Lo sé, pero no a todos tus congéneres les ocurre lo mismo. ¿Sabes? Para ciertos humanos la palabra “perro” va asociada a dificultad, miseria, problemas, maltrato, abandono…

- Lo sé, he escrito algo sobre ello. He buscado en el diccionario todas las acepciones que tiene esa palabra. Lo escribí hace algún tiempo. De todas formas que algo ha mejorado y quizá ahora hay muchos de nosotros que llevamos una vida estupenda. Con muy poco nos conformarnos, un poquito de cariño, un poco de ‘pienso Pedigree’, un cuenco con agua, un camita donde dormir, unos mínimos cuidados y somos lo más felices.

- Lo sé, Douce. Y que lo de la ‘camita’ pueden ser varias…

- Pero no derivemos. Me hablabas de un libro y de lo difícil que es ser perro, ¿Me puedes explicar qué dice ese libro?

- Pues verás, el libro hablaba a su vez de otro libro de donde recogía un párrafo de otro autor llamado Rilke que había escrito un relato titulado “El Encuentro”

- ¿Y quién se había encontrado con quién? Habla que te enredas mucho.

- Pues verás, narra cómo un perro trata que lo adopte un extranjero que se cruza en su camino. El extranjero se niega. No lo hace por crueldad ni por indiferencia, es que no se siente capaz de asumir esta responsabilidad.

- Pues vaya, no lo entiendo muy bien. Ya sabes que nosotros nos contentamos con muy poco.

- Lo sé, Douce, Pero escucha lo que decía el relato:

“Sin darte cuenta, pondrías toda tu confianza en mí; me sobrestimarías y esperaría de mí lo que no soy capaz de hacer. Me observarías y aprobarías hasta lo que no está bien. Cuando quisiera darte una alegría ¿lo lograría siempre? Y cuando estuvieras triste y te quejaras ¿Podría ayudarte? Y no debes creer que soy yo el que te deja morir.”

- He escuchado esa parte del relato ¿y sabes una cosa? Ese extranjero, será buena persona, no lo niego, pero es un poco ‘extraño’ y así no se puede ir por la vida, ni la humana, ni la perra. Puedo entenderle en parte, pero ese señor no nos conoce. Podría refutar sus ‘argumentos’ fácilmente. Lo de poner toda la confianza, vale, somos así; lo de la sobreestimación es cosa nuestra, para eso estamos, no nos cuesta nada ya sabemos hacerlo. ¿Lo de aprobar todo? psss..... ‘No comment’. Lo de la alegría ya nos encargamos nosotros y si no nos la dan, la cogemos. Ese señor, con todos mis respetos, no nos conoce: las quejas no figuran en nuestro vocabulario y lo de ‘dejarnos morir’ es una cosa que sabemos hacer en silencio sin reprochar nada a nadie… En fin, supongo que me conoces y no sería yo la que tendría esos problemas. Pregúntate si tú puedes hacer lo mismo.

- Entendido: ¡ ‘tooooomo nota’!

Comentarios

Entradas populares