La viejecita y el banquero

CUESTIÓN DE TOCAR LAS PELOTAS.
By DOUCE
Ayer llegó a la isla un chiste que se pasea por la red. Uno de tantos que no se sabe de dónde proviene. Mi papá lo leyó, se rió, porque disfruta con estas gamberradas. El chiste ronda bajo el nombre de ‘Chiste de la suerte’, e invita a que se haga una cadena para tener suerte. Mi papá no cree en esas cosas, pero sí disfruta con estas historias que le hacen sonreír, por eso fue y me dijo:

-Retoca un poco esta historia y ‘súbela’. Yo la leí, le puse los acentos, suprimí el final y también disfruté mientras la arreglaba. Soy también, como él, un poco gamberra.

Una viejecita fue un día al Banco del Comercio Bancomer, con un bolso lleno hasta el tope de dinero en efectivo. Insistía ante la ventanilla, solicitando que quería hablar única y exclusivamente con el Presidente del Banco para abrir una cuenta de ahorros, para lo cual decía, “Comprenda Ud., es mucho dinero”. Después de mucho discutir, la llevaron ante el Presidente del Banco, respetando el concepto de que el cliente tiene siempre la razón. El Presidente del Banco inquirió:

-“¿Cuál es la cantidad que Ud. desea ingresar?”. Ella dijo que 165,000.00 US$ y automáticamente vació su bolso encima de la mesa. El Presidente, naturalmente, sintió una gran curiosidad por saber de dónde habría sacado la viejita tanto dinero y le preguntó:

- Señora, me sorprende que lleve tanto dinero encima, por ser mucha cantidad, ¿Cómo lo ha conseguido?

- Es sencillo, hago apuestas, respondió

- ¿Apuestas? preguntó el Presidente ¿Qué tipo de apuestas? La viejecita contestó:

- Todo tipo de apuestas. Por ejemplo, le apuesto a Ud., $25,000.00 US a que sus pelotas son cuadradas. El Presidente soltó una carcajada y dijo:

- Esa es una apuesta estúpida.... Ud., nunca podrá ganar una apuesta de ese tipo. La viejecita le desafió.

- Bueno ya le dije que hago apuestas ¿Está Ud., dispuesto a aceptar mi apuesta?

- Por supuesto, respondió el Presidente. Apuesto 25,000.00 US$ a que mis pelotas no son cuadradas. La viejecita dijo:

- De acuerdo, pero como hay mucho dinero en juego, ¿Puedo venir mañana a las 10.00 con mi abogado para que nos sirva de testigo?

- Por supuesto, respondió el Presidente, teniendo en cuenta que se apostaba dinero.

Aquella noche el Presidente estuvo muy nervioso por la apuesta, pasó largo tiempo mirándose sus pelotas en el espejo; volviéndose de un lado para otro, una y otra vez. Se hizo un riguroso examen y quedó absolutamente convencido de que sus pelotas no eran cuadradas y que ganaría la apuesta.

A la mañana siguiente a las 10:00 en punto, la viejecita apareció con su abogado en la oficina del Presidente. Hizo las pertinentes presentaciones y repitió la apuesta de 25,000.00 US$ a que las pelotas del Presidente eran cuadradas. El Presidente aceptó nuevamente la apuesta y la viejecita le pidió que se bajara los pantalones para mostrar sus pelotas. El Presidente se bajó sus pantalones y la viejita se acercó y miró sus pelotas detenidamente y le preguntó tímidamente si las podía tocar, diciendo:

- Tenga Ud., en cuenta que es mucho dinero y debo cerciorarme.

- Bien, de acuerdo, dijo el Presidente convencido. 25,000.00 US$ es mucho dinero y comprendo que quiera estar absolutamente segura. La viejita se acercó al Presidente y agarrándole empezó a palpar sus bolas; al tiempo que el Presidente se dio cuenta de que el abogado estaba golpeándose la cabeza contra la pared. El Presidente preguntó a la viejita:

- “Y ahora ¿qué le pasa a su abogado? Ella contestó

- Nada, sólo que he apostado con él 100,000.00 US$ a que hoy, a las 10:00 de la mañana, tendría las pelotas del Presidente de Bancomer en mis manos.

Comentarios

Campurriana ha dicho que…
A los bancos habría que tocarles las pelotas mucho más, porque tal y como se las gastan cada vez que veo a un directivo de las grandes entidades de este tipo en los artículos de los periódicos salmón me pongo malita, muy malita...

Estoy contentísima siendo clienta ahora de los que no cobran comisiones, delos que te dan y no te quitan...

Espero que al final a los clientes se les trate como merecen.

Perdona mi desahogo, Náufrago.
:)
Julio ha dicho que…
Hola, Campu

No hay nada que perdonar, más bien, es de agradecer.A ese desahogo, nos unimos la mayoría de los clientes, salvo a los que condonan sus deudas millonarias y encima les dan dinero para que sigan 'traficando'.

Me parece bien que haya 'abuelitas' que les toquen las pelotas:-)

Feliz domingo.
Anónimo ha dicho que…
Jejejeje si, esa historia lleva un buen rato formando parte del acervo mexicano jejeje
Me ha encantado volver a reír con ella, si, supongo que también soy algo gamberra jejejeje

Abrazo de domingo con beso
¡MUUUAAA!

Ro

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