De película
NO ESTÁS SOLO
Anoche recomendé a mi papá que viera una película en la tele. Él apenas ve ese artefacto, por varias razones que no vienen al caso pormenorizar. Era una película que trataba de perritos. Bueno también había otros personajes, pero ésos no me interesan. Quería que viera actuar a los verdaderos actores y protagonistas: Maya, Bobo, Max, Viejo Jack, Dewey, Truman, Sombra, Buck.
Había que observar sus caras, sus gestos, con qué realismo mostraban sus sentimientos. Ayudando a sus compañeros heridos, trayéndoles comida cuando no podían moverse, lamiendo sus heridas, esperando cuando no podían caminar, luchar con una voluntad de hierro, aceptar su realidad sin aspavientos… Yo les veía y me sentía orgullosa de ellos y al mismo tiempo les envidiaba. Me hubiera gustado formar parte de aquella hermosa reata. Hermosa por cada uno de ellos y hermosa por la solidaridad, ternura, valentía, respeto, que se tenían los unos a los otros. Toda una lección de comportamiento de grupo en circunstancias extremas. Bien podrían los que se llaman humanos obrar así.
De vez en cuando, yo miraba de reojo a mi papá y más de una vez vi que las lágrimas querían salir de sus ojos. Eran unas lágrimas de emoción, de cariño, porque los perros no ‘actuaban’, mostraban los lazos sólidos que les unían. Ninguno quedaba abandonado hasta que, dulcemente, sin aspavientos, se quedaban ‘dormidos’, arropados por la nieve.
De vez en cuando me gusta fardar de mis amigos.
Anoche recomendé a mi papá que viera una película en la tele. Él apenas ve ese artefacto, por varias razones que no vienen al caso pormenorizar. Era una película que trataba de perritos. Bueno también había otros personajes, pero ésos no me interesan. Quería que viera actuar a los verdaderos actores y protagonistas: Maya, Bobo, Max, Viejo Jack, Dewey, Truman, Sombra, Buck.
Había que observar sus caras, sus gestos, con qué realismo mostraban sus sentimientos. Ayudando a sus compañeros heridos, trayéndoles comida cuando no podían moverse, lamiendo sus heridas, esperando cuando no podían caminar, luchar con una voluntad de hierro, aceptar su realidad sin aspavientos… Yo les veía y me sentía orgullosa de ellos y al mismo tiempo les envidiaba. Me hubiera gustado formar parte de aquella hermosa reata. Hermosa por cada uno de ellos y hermosa por la solidaridad, ternura, valentía, respeto, que se tenían los unos a los otros. Toda una lección de comportamiento de grupo en circunstancias extremas. Bien podrían los que se llaman humanos obrar así.
De vez en cuando, yo miraba de reojo a mi papá y más de una vez vi que las lágrimas querían salir de sus ojos. Eran unas lágrimas de emoción, de cariño, porque los perros no ‘actuaban’, mostraban los lazos sólidos que les unían. Ninguno quedaba abandonado hasta que, dulcemente, sin aspavientos, se quedaban ‘dormidos’, arropados por la nieve.
De vez en cuando me gusta fardar de mis amigos.
Comentarios
Esta chica si que sabe narrar, que divertido post. Pude imaginar cada escena descrita, con la claridad de quien mira un cinescopio... Si, tampoco soy afecta a la TV, pero al cine si, aunque hay etapas en las que no me entero de la cartelera, en fin...
Abrazo y cariñito querida Douce.
Ro
Pues sí, modestias aparte, soy una perrita que observo, conozco a los humanos.
Creo que podemos darles lecciones en muchos aspectos de la vida. No necesitamos hablar para entendernos ni para expresar nuestros sentimientos. Hablamos con la mirada, con nuestro rabo, nuestras orejas, todo nuestro cuerpo es lenguaje. Claro que hay algunos humanos que no nos 'entienden'. Algo, mucho, que se pierden.
Un guauu cariñoso
Douce