Miguel A. Revilla y mis perplejidades

He de empezar diciendo que el Presidente de mi autonomía no me "pone", más bien me desorienta . Ni yo mismo entiendo lo que siento por él, porque son sentimientos contrapuestos. Trataré de explicarme. Cuando nadie le votaba, y le veía machacado por el no menos desconcertante Juan Hormachea, de infeliz memoria, hasta asistí a una comida de su partido, por amistad con su hermana. En realidad no tengo ningún afecto ni regionalista, ni nacionalista, ni nada que termine en "ista". En todo caso mi partido sería "julista", porque nunca he sabido quién son los "míos" y mi voto ha pasado por todos los partidos. Y si les importa, que supongo que no demasiado, saber algo de mis simpatías políticas, que son nulas, no siento ninguna vergüenza en hacer streptease político ante ustedes y decirles que empecé votando al señor Tierno Galván (PSP), en las elecciones de junio del 77, en las siguentes, al señor Suárez (UCD), más tarde, cuando ví el desbarajuste que se montaba en aquella jaula de grillos, voté al Sr González Márquez (PSOE), y al ver cómo acababa su etapa con el GAL, los roldanes, guerra ,hermanos, ... y demás familia , dí mi voto al PP, hasta que el señor Aznar nos metió en Irak y esa absurda guerra, montada por el Mr. Bush & company... Ya ven mis devaneos o más bien mi errante carrera política.

Por eso digo que este Presidente mío de mis perplejidades,no me "pone", me desconcierta. Uno está acostumbrado al lenguaje mendaz, hipócrita, interesado, de los políticos. Los miembros de esta secta o casta, suelen echar mano de eso que llaman lenguaje "políticamente correcto", o lo que es lo mismo, no decir nunca lo que de verdad sienten , sino lo que no moleste demasiado a las ideas en voga, o sea, a lo que no son realmente ideas. Por esa razón, y como he dicho en otra ocasión, no me gusta nada que el señor Revilla en su carrera política haya ido de un sitio a otro, de uno a otro bando, porque para mí, es satisfacer su propia ambición personal, sin embargo podría celebrar alguno de su gestos populistas y chocantes, si sólo fuera un asunto personal suyo. Ya sé que a sus "compañeros" de profesión les vienen bien esas cosas, porque cuando suelta alguna de sus frases como "España me pone", el bigote retorcido del señor Maragall sonríe, porque distrae a la afición de sus manejos maquiávelicos.Él no dice lo que de verdad siente y trata de envovérnoslo en palabras que no significan nada, para no revelar sus verdaderas intenciones. Sé tambien que a los periodistas les interesan sus "golpes",(no había más que ver la cobertura mediática que ha tenido su última visita a la Moncloa) porque es un personaje que "da juego". Saben que toda esta maraña del Estatuto, aburre ya hasta las cabras, les viene muy bien comentar en sus tertulias sus "salidas" y tomarse a guasa eso de que el señor Zapatero se puso ciego con las anchoas de Santoña que le envió nuestro Revilla, " Revilluca" , para los amigos.

Y es esta contradicción la que soporto mal, que los demás tomen a guasa los gestos politicamente "incorrectos" del Presidente regional y de paso pensar que esta región le ha escogido para que sirva de clown en este escenario montado por zorros de colmillo retorcido.

Para terminar diré que mis simpatías internas van por los políticos como Ibarra, o Revilla o a veces, ahora menos, hasta Bono. He hablado con dos de ellos, a Miguel Angel Revilla le saludé cuando algunos fanáticos, se supone que de derechas para simplificar, le reprocharan que diera su opinión a favor en la "Caravana contra el olvido" que organizó hace poco la Asociación de víctimas contra el terrorismo. Le dije que no compartía muchas de sus ideas y alguno de sus gestos, pero que en esta ocasión le felicitaba por su valentía al decir lo que siente sobre el tema, a pesar de los gritos de los "bienpensantes".

Esta es , más o menos, mi perplejidad ante este Presidente que coge taxis, envía anchoas, asiste a regatas y al que "le pone España". A mí, a veces, me indis-pone.

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