Cuando soñamos, somos dioses.



Esta mañana he soñado en la manera que tenemos de ser dioses. He pensado que tenía tres maneras , al menos, de ser el dios de mi mismo, con un solo mandamiento: Sé quién eres.

Imagino un mundo sin dioses que indiquen lo que bueno y lo que es malo. (Por favor , déjenme pensarlo al menos, no empiecen a ponerme pegas. Al fin y al cabo se trata de mi sueño). Imagino un mundo en que los dioses creyeran un poco más en los hombres, que no impongan sus leyes, sus deberes , sus sanciones.

Si yo fuera dios, como lo soy cuando sueño, no haría un mundo en que todo estuviera ya resuelto, ni siquiera un mundo fácil. Me esmeraría en la tarea de crear, no tendría prisa en despacharlo en siete días. Luego diría a mis criaturas: “Ahora, este mundo es vuestro, confío en vosotros, es más , ya no sois “míos”, tenéis que ser vosotros mismos. No tengo otro mundo que regalaros si sois buenos, ni tampoco infiernos si no sois como vosotros creéis que debéis ser. El mundo que os he creado , es vuestro. Ahora os toca a vosotros hacerlo a vuestro modo”.

Esa fue mi primera manera de soñar a ser dios.
..........................................

UN SUEÑO DOUCE


Hablo con Douce, mi perra, o más bien dejo que ella hable con su lenguaje. Un lenguaje elocuentemente mudo, que me habla de amores gratis, es el lenguaje del abandono, de la perfecta entrega. Habla el lenguaje de quien no exige nada a cambio, tan sólo que la quieran, sin preguntar siquiera cuánto, ni hasta dónde, simplemente se deja que la quieran. Abandona su cuerpo a todas las caricias. Se pasaría así horas enteras, sin exigir. Y si cesas de acariciarla, quizá insista un poco, pero si desistes, también lo acepta. Es éste un cariño que nunca te afea nada, sólo te dice: “ Quiéreme, hasta dónde tu quieras, hasta dónde tu sepas.”

Este es mi segundo sueño, cuando quise ser dios y soñé el mundo del amor.Permíntame soñar, jugar tan sólo un día a ser el dios de mi vida.
.............................

EL CUADERNO

Otra manera de soñar, es verterme en ese cuaderno desordenado, donde me escribo impulsivamente, a latigazos de emociones.Él recoge, cómplice, ansiedades, esperanzas, miedos, deseos, temores, sueños...
Lo acoge todo y lo entiende, porque no se empeña en comprender nada , deja que escriba en su espalda de papel todas las angustias retenidas de mil años, desde que el hombre empezó a sentir el miedo al sentir que estaba solo, que le habían dejado a solas con sus temores, con sus deseos y también con sus ganas de amar, y ser amado.

Éste fue mi tercer sueño. Soñar el dios de la escritura (en singular)

Comentarios

Entradas populares